Cuando la pareja llega a tener una vida sexual sana, desarrolla la intimidad y complicidad en su relación, dándole la sal y pimienta necesaria, haciéndola más fuerte. Y lo mejor es que cuando se llega a este nivel, no sólo ayuda a la pareja, sino también a nivel individual, donde aumenta nuestra autoestima, dando bienestar y seguridad personal. Es por esto que la sexualidad en pareja es un área que debe cuidarse y ponerle atención.
Tomando en cuenta que debemos aprender a conocer si tenemos una sexualidad sana en pareja, analizaremos los puntos a tomar en cuenta para estar alerta e identificar los enemigos que no permiten lograr placer sexual.
El estrés problemas con autoestima ¡la mente está en otro lado! miedos y presiones personales cansancio y rutina.
El estrés: cuando estamos estresados se libera en el cerebro la hormona cortisol, la cual hace que nos pongamos en alerta, que actuemos con rapidez y por reacción. En este punto es difícil que la respuesta sexual se exprese de forma libre, porque se reduce el deseo sexual.
Cuando se tiene estrés hay que aprender a manejarlo para que no afecte ni ataque la vida sexual, por ejemplo: dedicarse tiempo de descanso en forma individual y en pareja como: hacer ejercicios, ir al cine, comer algo que guste mucho. Otro consejo es aprender a manejar la mente y no que esta lo maneje a uno; es decir bloqueando los pensamientos que llevan a sufrir ansiedad o desgano; pueden enfocarse en lo que les agrada y disfrutar de estar en pareja y reafirmar el amor.
- Problemas con autoestima: cuando uno no se siente atractivo, piensa que no cuenta con cualidades o potencial, se hace difícil lograr que nuestra pareja también se sienta atraído. Las inseguridades personales sobresalen en la cama y llegan a ser un gran enemigo para obtener placer.
Tener pensamientos negativos sobre uno mismo no permiten que fluya el deseo sexual, la libertad para expresarse y sentir. Por ejemplo: no ayuda a sentirse cómodo con la desnudez propia, se tienen relaciones en las mismas posiciones o con luz apagada. El trabajo aquí será empezar a sentirse cómodo y disfrutar el propio cuerpo, saber sacar ventaja de los puntos fuertes y las cualidades que ayudan a tener una excelente personalidad. Hay que empezar a tener mejor alimentación, hacer ejercicio, ya que mientras mejor nos sintamos con nosotros mismos, más fácil será empezar a darle espacio al placer propio y en pareja.
- ¡La mente está en otro lado! El placer sexual empieza en la mente. Por eso cuando se tiene la mente en otras cosas, como los hijos, la tarea, trabajo, familia o preocupaciones, es muy difícil que se pueda concentrar en la pareja, el deseo o el placer. Estando con la pareja hay que aprender a poner atención en lo que se está disfrutando y haciendo.
Es necesario poner los 5 sentidos en atender, oler y saborear todo lo que la pareja tiene, sentir las caricias y besos, escuchar lo que la pareja está sintiendo y ver a los ojos para transmitir el amor y el cuerpo que nos ha gustado. Se puede poner música o luz diferente para no perder la mente en otras cosas.
- Miedos y presiones personales: los miedos y presiones generalmente van asociadas a las exigencias por algún tipo de desenvolvimiento que se desea tener, y se cae en criticas destructivas y comparaciones innecesarias.
Aquí lo importante será conocerse para saber qué es lo que gusta y se disfruta en la cama, tener una charla en pareja para evitar expectativas imaginarias, más bien reales en lo que cada uno desea.
- Cansancio y rutina: los dos más grandes enemigos para el placer sexual. Se sabe que hay responsabilidades y también obligaciones, pero lo importante será empezar a organizar, delegar y priorizar. Saber lo importante que es darse tiempo y espacio personal y a la pareja. Dese el tiempo de aprender a relajarse, consentirse y mimarse.
El secreto para vencer la rutina es la creatividad en los horarios y convivencia. Consejo, trata de hacer cosas diferentes en pareja, una vez a la semana puede ser dentro o fuera del dormitorio. Caer en rutina es de dos, así que, si uno de los dos empieza a hacer cambios, esta no entrará a la vida de pareja.
Con estos puntos se puede concluir que el principal enemigo para lograr tener placer sexual es uno mismo; al compararse, no conocerse y tener poca comunicación con la pareja.
Hay que aprender a identificar los enemigos para conocerlos, combatirlos y no dejar que vuelvan a causar daño.