La salud y calidad de vida de las personas adultas mayores se determina en gran medida por su capacidad para mantener su propia autonomía y su funcionalidad. El envejecimiento activo y de calidad va a depender de 4 pilares fundamentales:
1. Mantener un estilo de vida saludable:
- actividad física,
- alimentación y nutrición adecuadas,
- evitar hábitos tóxicos, sobre todo el tabaco y el consumo excesivo de alcohol,
- realizar los controles de salud programados para detectar factores de riesgo y su respectiva modificación,
- insistir en la importancia de la prevención por medio de un esquema de vacunación: de tétanos, la influenza (gripe), neumonía.
2. Fomentar la actividad cognitiva.
3. Actitud ante la vida.
4. Conservar los roles sociales.
Soporte nutricional macronutrientes:
- proteínas,
- grasas,
- carbohidratos,
- fibra,
- agua y electrolitos.
Micronutrientes:
- Vitaminas y minerales
Actividad física:
Es la mejor herramienta para prevenir y retrasar las consecuencias del envejecimiento.
Actividad mental estimulación cognitiva:
- lectura, escritura,
- música, el baile,
- pintura, idiomas,
- inventario del día.
Actitud ante la vida:
- acentuar lo positivo,
- proponerse metas alcanzables,
- nunca es demasiado tarde para aprender cosas nuevas,
- que no te paren las limitaciones, acéptalas y sácales partido,
- cada paso con propósito,
- expanda su círculo social.
Es necesario apoyarse en el desarrollo de hábitos de vida saludable, físicos y mentales, la formación a través del reconocimiento de capacidades y competencias, la promoción de la igualdad de oportunidades, el fomento de la autoestima y la participación de las personas mayores en la sociedad, desde su experiencia, formación, valores, incidiendo en el papel de la familia y la comunidad.
Lo importante es mantener la autonomía y la independencia a medida que se envejece.
¿Repercute en la adultez los hábitos, buenos y malos, que se han tenido en los años previos?
La vejez se construye desde la juventud. Así, a pesar de que el proceso de envejecimiento es normal, natural e inevitable, puede tener distintos resultados, generalmente reflejo de los cuidados o descuidos tenidos a lo largo de la vida.
Es importante que lleguemos a la vejez en las mejores condiciones posibles: sin enfermedades asociadas, en buena salud física y mental y que seamos autónomos e independientes en nuestras actividades cotidianas.
Si a esto le añadimos una actitud positiva ante el proceso de envejecimiento y una participación social activa, estamos hablando de “envejecimiento activo, saludable y satisfactorio”. “vida a los años y no solamente años a la vida”.
Los tres los pilares del envejecimiento activo: En primer lugar, el bienestar físico, mental y social; en definitiva, la salud.
En segundo lugar, la participación en la sociedad de acuerdo con las necesidades, capacidades y deseos de las personas mayores, tanto individual como colectivamente y tercer lugar, la seguridad y la protección; quienes cuentan con un mejor soporte social gozarán de una condición biopsicosocial en plenitud.
El vivir más no es igual a vivir mejor; muchas veces el adulto mayor pasa sus últimos años de vida enfermo, aislado y dependiente por ello se recomienda fomentar los buenos hábitos y costumbres durante toda la vida para tener una vejez saludable. “Vida a los años y no solamente años a la vida.»
Actividades ocupacionales:
La Terapia Ocupacional (TO) se encarga de la promoción, prevención y rehabilitación de la salud por medio de la ocupación, que se entiende como las actividades diarias que todos realizamos, que elegimos porque nos motivan y nos permiten establecer rutinas, tener roles en nuestros medios sociales y familiares y finalmente, sentirnos parte de la sociedad.
Bajo estos enfoques, la Terapia Ocupacional pone en juego estrategias de tratamiento que incorporan a la persona en relación con su ambiente cotidiano físico y social.
Las actividades de la vida diaria, o AVD, suelen ser la piedra angular de un programa de terapia ocupacional para los adultos mayores. Las AVD básicas incluyen: vestirse, bañarse, comer y desplazarse de un lugar a otro.
Estas AVD básicas se practican a menudo con la ayuda de un terapeuta ocupacional o auxiliar de enfermería en casa.
Las actividades terapéuticas incluyen a menudo el rendimiento real de estas tareas de la vida diaria para promover la independencia y la seguridad.
Las actividades complejas de la vida diaria como: cocinar, lavar la ropa, utilizar una computadora o un teléfono, manejar los medicamentos o limpiar. A medida que se envejece, estas tareas pueden llegar a ser más difíciles debido a los cambios relacionados con la edad, enfermedad o discapacidad.
Con las AVD complejas, a menudo es el trabajo de un terapeuta para determinar qué dispositivos de ayuda o técnicas ayudarán a realizar las tareas con la mayor independencia posible. Actividades sociales y emocionales: es de suma importancia atender las necesidades sociales y el bienestar emocional de los adultos mayores.
El envejecimiento, la enfermedad y ciertos trastornos asociados con el envejecimiento a veces pueden tener un efecto perjudicial sobre el bienestar emocional de los adultos mayores, por tal motivo facilitarles el acceso a actividades sociales para que puedan participar y promover el aprendizaje continuo, es de gran ayuda para prevenir la depresión y la demencia.
El objetivo principal de la terapia ocupacional para los adultos mayores es darles la posibilidad de ser capaces de permanecer en su propio hogar el mayor tiempo posible así mismo proporcionarles las habilidades y los cuidados necesarios para mantener el nivel funcional más alto posible y de preservar su salud y calidad de vida en el adulto mayor.
Integración social:
El objetivo es mejorar la salud y calidad de vida en el adulto mayor, reducir los riesgos de enfermedad y obtener beneficios personales y familiares, la integración del adulto mayor dentro del seno familiar favorece el envejecimiento activo y estimula en ellos su participación social, la red social más próxima es la familia, donde se intercambian cuidados y ayuda, por parte de los mayores a sus hijos y nietos, estableciendo de esta manera las relaciones intergeneracionales más gratificantes; todo ello, por supuesto, se complementa promoviendo otras redes sociales como amigos, vecinos, ex compañeros de trabajo, la convivencia donde se evoquen recuerdos gratos que estimulen la participación del adulto mayor.
Conclusiones En el proceso de envejecimiento es básico superar lo físico, adaptarse al deterioro biológico, a las canas, a las arrugas, a los cambios y entonces, a partir de allí, fomentar el desarrollo social y espiritual con la experiencia acumulada. Lo cual encamina a los adultos mayores a sobre pasar dificultades empezando por el obstáculo principal que impide alcanzar y realizar una vida plena. La condición básica, indispensable, para funcionar y mantenerse en forma óptima en cualquier edad, consiste en asumir la actitud afirmativa de decirle sí a la vida. “CORONA DE HONRA ES LA VEJEZ”