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Envejecimiento saludable

Según la Organización Mundial de Salud (OMS) en el año 2000 en el mundo vivían 600 millones de personas mayores de 60 años de edad, lo que representaba en aquel entonces el 10 por ciento aproximado de la población total del planeta.

Si el ritmo de crecimiento de este segmento poblacional continúa aumentando, para el año 2050 2,000 millones de personas tendrán 60 años de edad o más.

La figura del adulto mayor es representación de respeto y sabiduría, aquellas personas que en base a su experiencia de vida, su voz y conocimiento son de valiosa importancia dentro de los grupos sociales. La vida de las personas adultas mayores no tiene por qué ser pasiva o carente de participación en distintos ámbitos de la sociedad.

Más aún, debe ser una preocupación de todos, donde el conjunto de cambios individuales, asociados al envejecimiento no impliquen una pérdida de oportunidades y mucho menos de sus derechos. Los años dejan entre sus manos suaves y fraternales las marcas que también representan un enorme aprendizaje, o incluso los golpes y las victorias ante las tempestades de la vida.

Las arrugas en sus rostros cuentan quiénes son y cada una de sus alegrías que se siguen escribiendo con tanto entusiasmo como al principio. El envejecimiento plantea una serie de desafíos en todos los aspectos de la sociedad, la familia y el individuo.

Lamentablemente la vejez comúnmente se asocia a cambios negativos para las personas por tal motivo con frecuencia sufren alteraciones emocionales que los aísla, se desvalorizan y auto marginan al punto de querer vivir apartados de la sociedad, y su relación con las demás personas se ve limitada por el lugar que van ocupando dentro de su grupo social, al punto que esta situación se ve agravada por la pérdida de roles siendo un ejemplo claro la jubilación.

Por otro lado, no todas las personas viven la vejez de la misma manera, pues su funcionamiento durante ésta se encuentra relacionado con las acciones y omisiones que cada persona realiza durante el transcurso de su vida; es decir, la vejez se construye desde la juventud.

Así, a pesar de que el proceso de envejecimiento es normal, natural, irreversible e inevitable, puede tener distintos resultados, generalmente reflejo de los cuidados o descuidos tenidos a lo largo de la vida.

PREDICTORES DE SALUD FUNCIONAL

  • Alimentación.
  • Sedentarismo.
  • Soporte social.
  • Multimorbilidad.
  • Polifarmacia.
  • Hospitalización.
  • Hábitos de vida.

CAMBIOS EN EL ENVEJECIMIENTO

Con el paso de los años experimentamos etapas que marcan el proceso de envejecimiento, hablamos de envejecimiento cronológico marcado por la edad, envejecimiento fisiológico que se manifiestan en los cambios físicos, psicológicos y de orden social que deteriora cada órgano y sistema, y envejecimiento funcional que se define por las pérdidas en las capacidades funcionales que interfieren en nuestras actividades de la vida diaria.

CAMBIOS PSICOSOCIALES

El adulto mayor se enfrenta a nuevas condiciones de la vida por la pérdida de roles familiares, sociales y una disminución de sus capacidades de adaptación. Resultan frecuentes los problemas de autoestima, depresión, distracción, relaciones sociales, desvalorización, entre otras.

ENFERMEDADES MÁS FRECUENTES

El organismo sufre un progresivo desgaste que le hace retroceder en su capacidad o rendimiento funcional.

El envejecimiento no es una enfermedad, pero sí es la causa de mucha enfermedades asociadas al mismo, que en último término son las responsables de diversas complicaciones, los procesos patológicos que les afectan con mayor frecuencia los dividimos en: Físicos y mentales, siendo las enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión arterial, la osteoartritis, los procesos mentales como la depresión y las demencias, la mayor afección. Dentro del déficit sensorial los más comunes que interfieren en su habitual relación son disminución de la agudeza visual, pérdida auditiva; existen también trastornos de la marcha por perdidas de masa y fuerza muscular, así como en su rendimiento físico lo cual altera el equilibrio y la coordinación, mismas que afectan su autonomía, al punto de convertirse en personas con un grado considerable de discapacidad y dependencia.

La atención integral, el manejo de las enfermedades crónicas y la utilización del tiempo libre deben incluir: Los cuidados médicos, actividades de tipo socio-cultural, físico-terapéutico y psico-educativa, que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de este segmento poblacional, promoviendo una longevidad saludable.

El cuidado del adulto mayor en el hogar, una vez que hay disminución en sus capacidades funcionales, la atención va a depender totalmente de su familia o cuidador.

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