El cáncer de piel es un conjunto de enfermedades neoplásicas que tienen diagnóstico, tratamiento y pronóstico muy diferente. Lo único que tienen en común es la misma localización anatómica: la piel.
Dividiremos el tema en tres partes: Histología y tipos de Melanoma, Factores de riesgo y Detección y tratamiento.
Tipos de cáncer de piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo. Tiene como función proteger a los órganos internos, ser una barrera contra los gérmenes, evitar la pérdida de líquidos, ayudar a controlar la temperatura corporal, proteger el cuerpo de los rayos ultravioleta y ayudar en la producción de vitamina D.
Histología de la piel
La piel se compone de tres capas: epidermis, dermis e hipodermis. La mayor parte de casos de cáncer de piel se originan en la epidermis, la capa superior que protege a las capas más profundas, a partir de los melanocitos y queratinocitos. La epidermis a su vez se divide en 4 capas, la basal (germinativa o de regeneración), la espinosa, la granulosa y la córnea.
Las células predominantes de la epidermis son los queratinocitos (90% de su población celular), derivados del extodermo. Estas células están en continua renovación y pasan progresivamente de la capa basal hasta la capa córnea por maduración y diferenciación celular. Contienen la queratina, una proteína dura abundante en la capa córnea. Se estima que tardan un mes en el trayecto desde la capa basal (capa germinativa) hasta la capa córnea. (Giannetti, Galimberti, Arenas, Azulay-Abulafia, Chalelea Mantilla, & Chang, 2012).
El 10% restante de las células de la epidermis está compuesto por melanocitos, cuyo origen es la cresta neural. Estas células contienen melanina, el pigmento que se encuentra en la piel, los ojos y el cabello, cuya principal función es bloquear los rayos solares, evitando que dañen el ADN de las células, especialmente en estas regiones tan expuestas a la luz. Los melanocitos se encuentran a nivel de la capa basal epidérmica.
La densidad de melanocitos es variable dependiendo de la región del cuerpo (por ejemplo, son menores en las palmas de las manos y mayores en los labios). El color de la piel depende de la actividad de estas células; las personas de piel negra tienen el mismo número de melanocitos, pero éstos contienen más melanina. La melanina puede ser eumelanina (color café) o feomelanina (color rojo amarillento).
Las pecas y lunares que se encuentran normalmente en el cuerpo tienen una mayor concentración de melanocitos, los cuales usualmente son benignos. (Giannetti, Galimberti, Arenas, Azulay-Abulafia, Chalelea Mantilla, & Chang, 2012). Tipos de cáncer de piel Existen dos grandes categorías de cancer de piel; el melanoma, relacionado a los melanocitos y el no melanoma, relacionado a los querarinocitos.
Cáncer No – Melanoma
Este es el cáncer más común entre la población blanca del mundo. No existen estadísticas confiables ya que muchos enfermos son tratados ambulatoriamente. Actualmente se sabe que ha ocurrido un incremento en su incidencia.
Probablemente por la combinación de varios factores, como una mayor exposición a la luz solar y el hecho que las personas viven más tiempo. (Sociedad Americana del Cáncer) (Cancer Research UK).
Su presentación clínica se asocia a lesiones pequeñas, de crecimiento lento de color rosa o rojizo, en sitios expuestos al sol, que con el tiempo se pueden transformar en lesiones costrosas que sangran o se ulceran. La característica de estas lesiones es una mancha o herida que pica, duele, sangra y no se cura o una úlcera que no cure por más de cuatro semanas.
Cáncer Melanoma
El cáncer de piel tipo melanoma se forma por una concentración de melanocitos malignos. Cómo se asocian a sitios expuestos al sol, es frecuente encontrarlos en la espalda, el torax, las piernas, la cabeza y el cuello.
Además, pueden aparecer en las uñas, ojo y superficies mucosas. En mujeres entre 15 a 29 años de edad, la espalda y el tórax son los sitios más comunes, probablemente por los hábitos de bronceado. (American Academy of Dermatology).
La señal más importante para el diagnóstico de melanoma es algún lunar nuevo en la piel o uno existente que haya cambiado en tamaño, forma o color. Otra señal importante es algún lunar que luzca distinto a los otros en la piel. (Asociación Americana del Cáncer)
Bibliografía:
American Academy of Dermatology. (s.f.). American Academy of Dermatology. Recuperado el marzo de 2012, de www.ssd.org Asociación Americana del Cáncer. (s.f.). Prevención y detección temprana del cáncer de piel. Recuperado el marzo de 2012, de Sociedad Americana de Cáncer: www.cancer.org Cancer Research UK. (Enero de 2011). Cancer Research UK. Recuperado el diciembre de 2011, de www.cancerresearchuk.org Dermatología, salud y belleza de la piel. (s.f.). Recuperado el marzo de 2012, de Dermatología, salud y belleza de la piel: www.derma- tologia.net Giannetti, A., Galimberti, R. L., Arenas, R., Azulay – Abulafia, L., Chalelea Mantilla, J., & Chang, P. (2012). Tradado de Dermatología. Padua: Piccin Nuova Globocan. (s.f.). Globocan 2008. Recuperado el marzo de 2012, de www.glocan.iarc.fr International Skin Foundation. (s.f.) International Skin Foundation. Recuperado el marzo de 2012, de http://www.skincancer.ar.com Santillana, S., & Aldecoa, F. (1999). Biología Molecular de Cáncer de Piel. Dermatología Peruana, 9.