“La peor crisis económica y financiera en 100 años se nos avecina”. Este es el mensaje de pánico que nos han estado compartiendo en estas últimas semanas los medios de comunicación y las redes sociales y alrededor del mundo. Y no nos podemos hacer los ciegos ante esto, ya que todos los números apuntan a esta realidad. En Estados Unidos – solamente como referencia – al 1 de mayo había 33 millones de personas desempleadas lo que se traduce a que el 20% de la fuerza laboral del país está sin trabajo.
La ONU considera que la pandemia generará una pérdida equivalente de 195 millones de trabajos a nivel mundial en el segundo cuarto del 2020 . Por primera vez en la historia del mundo moderno hemos visto que el precio a futuro del petróleo WTI, se trance en valores negativos, ya que los productores no tienen dónde almacenar el producto de mayor consumo a nivel global . Adicionalmente hay otra alerta para la economía global, que no ha recibido tanta atención de los medios y es el hecho, de que la deuda corporativa de alto riesgo de las empresas en todo el mundo, se considera que está en los USD$ 19 trillones , o sea ¡unas 240 veces el Producto Interno Bruto de Guatemala!
Podríamos continuar haciendo una reseña de todo lo que la economía global ha sido golpeada, pero me gustaría que pensemos más en qué vamos a hacer cuando “volvamos a la normalidad”. Quiero ser un optimista, confiando en que la nueva normalidad incorporará un modelo económico más solidario, ya que la desigualdad y la falta de liderazgo que ya sabíamos que existía en todo el mundo, durante esta pandemia, simplemente se vino a confirmar.
En Guatemala, no podemos dudar que la economía local se verá afectada por la desaceleración en la exportación de nuestros productos, ya que se espera un mayor aislamiento entre los países y tal vez una “desglobalización”. Algunos expertos, consideran que cada país y economía velará por un resurgimiento interno, que reducirá potencialmente los niveles de importación de productos de países en vías de desarrollo como el nuestro. Las pequeñas y medianas empresas tendrán que evaluar sus modelos de negocio y hacerse una gran pregunta, “cuando todo esto pase, ¿quién me va a comprar mis productos o servicios?”.
Considero que esta pandemia hará una limpieza de grandes, medianas y pequeñas empresas por tres causas: 1) altos niveles de endeudamiento, 2) mala gestión del cash flow, y 3) productos y servicios que ya no serán de consumo esencial, tanto para clientes individuales como corporativos.
Muchos empresarios y emprendedores, puede que estén actualmente viviendo en carne propia los dos primeros escenarios, pero ¿y el tercero? Personalmente, y con todo el dolor de mi corazón, durante esta crisis he tenido que cerrar mi pequeña empresa de bolsas reutilizables, hechas con tejidos del algodón elaborados por artistas textiles mayas, que buscaban disminuir el consumo de plástico de un solo uso. Siendo una pequeña empresa, teníamos un modelo de negocio “ligero” (no teníamos problemas con los puntos 1 y 2) pero, cuando con mi socio nos cuestionamos sobre la futura demanda de nuestro producto, tuvimos que realizar un análisis “en frío” y tomar una dura decisión. Como líder de la empresa durante cinco años, me siento orgulloso que cada una de las personas que nos acompañó durante esta aventura, está empoderada y equipada para seguir adelante.
Nuestro caso, es uno de los miles de casos que empezarán a surgir en la economía formal e informal en Guatemala. Sin embargo, considero que no todas son malas noticias. Actualmente existe un gran potencial y oportunidad de reinvención. El año pasado tuve la gran oportunidad de asistir a un laboratorio de innovación en la industria financiera y tecnológica (Fintech en inglés) en el Saïd Business School University of Oxford, y ya estaba claro que como humanidad estábamos viviendo una revolución económica, social, cultural y tecnológica, con el potencial de impactar la economía como lo hizo la revolución industrial del siglo XIX, pero con la capacidad de lograr cambios exponenciales, casi instantáneamente por los avances tecnológicos con los que actualmente contamos. La pandemia simplemente vino a acelerar este proceso.
Sé que es fácil pedir que nos reinventemos, cuando al mismo tiempo estamos con la necesidad de darle de comer a nuestras familias, sostener un negocio o estamos preocupados por las deudas que nos ahogan. La psicología positiva, ha probado que el miedo y pánico, limitan la creatividad y la innovación, que afectan la salud mental, pero también quiero que sepan que no estamos solos. Es importante que en estos momentos no nos sintamos solos, porque literalmente todo el mundo está pasando por lo mismo. Miles de negocios, de todos tamaños, en todas las industrias y en todo el mundo, están evaluando si pueden sobrevivir o no. ¡No estás solo o sola! Comparte tus preocupaciones con otros empresarios o emprendedores y mantente abierto a opiniones y visiones distintas.
Como emprendedores y empresarios, es el momento para evaluar la forma en que estábamos gestionando nuestro negocio, y pensar hacia dónde lo queremos llevar. Es importante evaluar la importancia que le estamos dando a la gestión financiera de nuestros negocios, será clave replantearnos si el producto o servicio que vendíamos previo a esta crisis continuará siendo demandado o no, después que esta tormenta pase.
Recuerda que ya estábamos en medio de una revolución previo a la pandemia, y que esto solo la vino a agilizar a pasos agigantados. También ten en mente que, como humanidad, estamos ante una tremenda oportunidad de construir juntos un nuevo modelo económico y social, que sea más solidario. Está en ti decidir si te quedas pegado en el modelo económico antiguo, o si empiezas a asumir que se vendrá una nueva realidad y que deberás innovar, diversificar o simplemente crear nuevas ofertas de valor.
Esta es una invitación para que empieces a pensar en el futuro, para que refuerces tus conocimientos como empresario o emprendedor, para que asumas la importancia de una gestión financiera planificada y ordenada, para que te arriesgues a innovar y subirte al barco de la nueva realidad, no quedarte estancado en el modelo antiguo que la pandemia del COVID-19, nos vino a remecer. Solo tú tienes la capacidad de ver esto como una tragedia o una oportunidad. Espero que seamos más los que la veamos como una oportunidad, y que juntos construyamos el modelo económico que soñamos, para tener una Guatemala más solidaria y justa.