En el número anterior definimos la Falla Cardiaca (o Insuficiencia Cardiaca) como la afección del corazón en la cual este es incapaz de cumplir con su función básica, que es bombear sangre rica en oxígeno y nutrientes a todas las células del cuerpo, para que puedan funcionar normalmente.
Ahora describiremos por qué la relevancia de la Falla Cardiaca en la actualidad.
¿Es frecuente la Falla Cardiaca?
Diferentes reportes indican que la prevalencia de Falla Cardiaca está en aumento a nivel mundial debido al envejecimiento de la población y la mejoría de la supervivencia de las enfermedades del corazón, actualmente se considera una de las epidemias del siglo XXI.
Se estima que 64.3 millones de personas presentan Falla Cardiaca en el mundo. La prevalencia en Latinoamérica es menos conocida, pero existen publicaciones que la sitúan en un rango parecido al resto de países; en torno al 1-2% de la población está afectada. Para una población estimada en Guatemala de 17,000,000 podríamos afirmar que existen entre 170,000 a 340,000 personas con Falla Cardiaca.
Además, las hospitalizaciones por Falla Cardiaca representan el 1-2% de todas las admisiones en el servicio de urgencias, y la Falla Cardiaca es el diagnóstico más frecuente en las hospitalizaciones de pacientes mayores de 65 años.
¿Cuáles son las causas de Falla Cardiaca en nuestra sociedad?
Las causas principales de FC son la obstrucción de las arterias que nutren de sangre al corazón (enfermedad de arterias coronarias), hipertensión mal controlada o, alteración en la función de las válvulas del corazón. En Latinoamérica siguen siendo causas relevantes, ciertas enfermedades de etiología infecciosa como: la Fiebre Reumática (complicación debida a la infección por la bacteria estreptococo que no se trató o se realizó de forma insuficiente) o la enfermedad de Chagas (producida por el parásito Trypanosoma cruzi, que es inoculado a la persona a través de un insecto, es más frecuente en áreas rurales y de escasos recursos).
¿Es sólo una enfermedad en personas de edad avanzada?
La presentación de Falla Cardiaca es más frecuente en personas mayores; sin embargo, estudios recientes indican que está en aumento en la población más joven. La razón de este fenómeno puede deberse al aumento progresivo de obesidad en la sociedad y las complicaciones asociadas a esta, como son: aumento de la presentación de diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial y aumento de los niveles de grasas en sangre.
¿Es una enfermedad grave?
El pronóstico global de un paciente con Falla Cardiaca sin tratamiento óptimo es malo, la mortalidad después de una primera hospitalización por Falla Cardiaca es del 17% al año y de 50% a los 5 años, estas cifras son peores que muchos tipos de cánceres; por ejemplo, el cáncer de mama invasivo no metastásico tiene una mortalidad a 5 años del 10%, o el cáncer de próstata globalmente tiene una mortalidad a 5 años del 2%.
¿Es posible cambiar la evolución de la Falla Cardiaca?
Actualmente existen medicamentos modernos que han demostrado mejorar la evolución de los pacientes con Falla Cardiaca, tanto en el impacto de su calidad de vida, como reduciendo la mortalidad. En los pacientes en quienes se optimiza el tratamiento con fármacos se puede llegar a reducir la mortalidad al año del 17% al 4%. Además, las guías internacionales de Falla Cardiaca recomiendan que estos pacientes deben de ser tratado en unidades multidisciplinares, llamadas Unidad de Falla Cardiaca como con la que actualmente cuenta Hospital El Pilar.
Hospital El Pilar ha creado la Unidad de Falla Cardiaca con el objetivo de ofrecer a la población guatemalteca una atención integral y de calidad de esta enfermedad, contando para ello con el mejor recurso técnico y humano del país.
Fuentes bibliográficas:
- Groenewegen A, Rutten FH, Mosterd A, Hoes AW. Epidemiology of heart failure. Eur J Heart Fail. 2020 Aug;22(8):1342-1356.
- Ciapponi A, Alcaraz A, Calderón M, Matta MG, Chaparro M, Soto N, Bardach A. Burden of Heart Failure in Latin America: A Systematic Review and Meta-analysis. Rev Esp Cardiol (Engl Ed). 2016 nov;69(11):1051-1060.
- Website: cancer.net – American Society of Clinical Oncology