El síndrome de ovario poliquístico (SOP), es reconocido como el trastorno endocrino más común de la edad reproductiva en las mujeres. El tratamiento y manejo de estas pacientes debe incluir educación, medidas de soporte y terapia por alteraciones psicológicas, enfatizando en la necesidad de un estilo de vida saludable.
El ovario poliquístico se caracteriza por el exceso de andrógenos, siendo estas las hormonas masculinas correspondientes a la testosterona, favoreciendo el aumento de grasa abdominal, que a su vez agrava la resistencia a la insulina, lo que provoca índices de glucosa en sangre elevados y el hiperinsulinismo compensatorio, el cual consiste en una secreción de insulina anormalmente alto, produciendo dolores de cabeza, cansancio y nauseas, incrementando así la secreción ovárica de andrógenos. Basado en evidencia, en la mayoría de mujeres con SOP, la disminución del 5%-10% del peso corporal aporta beneficios clínicos importantes.
Se caracteriza principalmente por:
- Irregularidad o suspensión de los períodos menstruales
- Aumento de peso
- Acné
- Exceso de vello en rostro
- Pérdida de cabello
Las mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico pueden presentar también nivel bajo de colesterol HDL (“colesterol bueno”), y un nivel alto del colesterol LDL (“colesterol malo”), triglicéridos, hipertensión, depresión o ansiedad, así como otros trastornos.
Tratamiento nutricional
Se ha establecido que la intervención nutricional debe lograr, no solo la pérdida de peso a corto plazo, mejoría de síntomas, sino también, reducir el riesgo a largo plazo de Diabetes Mellitus tipo II y enfermedad cardiovascular.
El plan de alimentación debe limitar la ingesta de grasa saturada, aumentar la ingesta de fibra y alimentos de alto índice glicémico (azúcar y harinas, por ejemplo), ya que estas son proinflamatorias en el cuerpo. Se debe incluir cantidades moderadas de grasa monoinsaturada (nueces, pescado, lácteos bajos en grasa).
La suplementación en Mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico también es importante, entre las vitaminas sugeridas para lograr mejores resultados están:
Vitamina D:
Produce una disminución significativa de las concentraciones de colesterol, triglicéridos y lipoproteínas de baja densidad.
Inositol:
Ayuda a la transducción de señales insulínicas, regulación y crecimiento nervioso, control de las concentraciones de calcio intracelular y regulación del metabolismo lipídico. Se utilizan dosis entre 200-400mg de mioinositol al día.
Ácido fólico:
Mujeres con SOP presentan altos niveles de homocisteína. Esto se ha relacionado con problemas cardíacos o hiperinsulinemia. Algunos estudios han mostrado como el ácido fólico ayuda a regular estos trastornos. Su aporte suplementario debe ir en cantidades de 5mg/d.
Zinc y Magnesio:
Son minerales esenciales para el mantenimiento del sistema inmune y múltiples reacciones químicas del cuerpo que están involucrados distintos procesos metabólicos. En el caso del magnesio es un excelente antiinflamatorio y ayuda al músculo esquelético.
Omega 3:
Por su efecto antiinflamatorio ayuda a estabilizar y reequilibrar el sistema reproductivo.
Probióticos:
La administración de probióticos se ve relacionada con una disminución significativa en la glucemia en ayunas, por otro lado, ayuda a disminuir los andrógenos séricos, mantiene la microbiota intestinal sana y ayuda con los gases y estreñimiento.
Un correcto plan de alimentación, enfocado en las necesidades de cada mujer puede ayudar a controlar los trastornos ocasionados por SOP, acompañado siempre de una actividad física eficiente e idealmente diaria, durante 20-30 minutos, que ayudará a mejorar la sensibilidad a la insulina. Es importante informarse y conocer sobre el SOP, además de tratarlo, con la guía y orientación de profesionales de la salud, para un mejor manejo y sobre todo, prevenir complicaciones.
