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Nuestros pies también deben estar saludables

Hay culturas que alteran el buen desarrollo del pie, como por ejemplo la cultura china, haciéndolos más pequeños específicamente en las mujercitas, desarticulándolos y al mismo tiempo deformándolos, según ellos esto es considerado belleza.

Aunque muchas veces no le damos la importancia que amerita a los pies de nuestros hijos, son una parte primordial y que merece atención, así como también el desarrollo de buenos hábitos de salud e higiene desde que son bebés.

En los primeros meses de vida es recomendable hacerles estímulos táctiles, flexión, extensión y limpieza.

En cuanto a la higiene, especialmente cuando se les cortan la uñas, se recomienda que sea con mucho cuidado y con instrumentos propios del bebé, estos deben ser exclusivamente para uso en ellos y con las características específicas para su edad y condición.

Es recomendable también usar cremas suaves con lanolina o algún aceite para niños, sin olvidar antes secar bien en medio de sus dedos. Por el tamaño de su dedos debemos cuidar de no lesionarlos al cortarles las uñas, ya que la piel es sumamente Frágil y delgada y un mal corte puede provocar una lesión seria y sumamente dolorosa.

Cuando empiecen a pararse con ayuda, es bueno colocarles calcetines gruesos o pueden dar pasitos descalzos, pero en superficies limpias y sin riesgo de lastimarse o tropezar. Cuando ya sea edad de usar zapatitos: Éstos, para los primeros meses que sean suaves y amplios, mientras que se adaptan a usarlos. Posteriormente, cuando ya inicien la marcha a los quince meses en promedio, los zapatos deben ser:

  • Amplios, para que le den comodidad y holgura a su pie.
  • Frescos, para evitar que los pies suden y esto provoque eFectos secundarios como hongos, rajaduras, mal olor entre otros.
  • Punta dura y altos de la parte trasera [Preferentemente botitas]: Esto para sostener bien el talón y tobillo, ayudando a evitar mal formaciones.
  • Livianos, no pesados: para qué le sea fácil movilizarse y avanzar con más libertad y seguridad.
  • Que haya buena movilidad para los deditos: evitando así callos o lesiones.
  • Colores claros: a fin de impedir el calor y desarrollar algún tipo de alergia.
  • Que también les permitan gatear con soltura y sin riesgo de lastimarse.

Entre tres y cuatro años el arco plantar ya está Formado, se apoya con más seguridad en el suelo. Ya puede ser evaluado por el ortopedista para detectar alguna anomalía o alteración relacionada con la marcha y postura.

Se tiene que prevenir pie plano, infecciones, uñas infectadas, ampollas, granulomas, verrugas, ojo de pescado, hongos, traumas, entre otros.

muchas veces se antepone la estética a la salud, con todo lo que el mercado nos ofrece, en medio de la ilusión y emoción que un bebé trae consigo a los padres, especialmente en el caso de las niñas, sin embargo, como toda decisión tomada, debemos pensar en las consecuencias a futuro y los problemas que nuestros hijos deberán enfrentar y padecer al no tener pies saludables, el que utilicen el zapato con el arco adecuado [Botitas] ayuda a prevenir uno de los problemas más comunes: El pie plano, aunque si este ya es congénito no podrá evitarse y deberá ser atendido por un especialista siendo el pediatra quien diagnostique y lo refiera con el profesional indicado, idealmente un traumatólogo pediatra.

Existen otras mal formaciones congénitas que no pueden ser prevenidas y sólo las pueden tratar los traumatólogos, entre estas podemos mencionar: Dedos montados, torcidos o ausentes, pie equino, pie cabo, pie varo, trastornos secundarios a traumatismos o fracturas mal manejadas, cicatrices por quemaduras entre otras. Las consecuencias por el uso de calzado inadecuado tanto en niños como en adultos pueden ser: uñas encarnadas, infecciones por hongos, callos, malas posturas o marcha inadecuada, caídas frecuentes, dolores articulares, cansancio ya sea al correr o caminar, bajo rendimiento y resistencia al practicar deportes y el desgaste inadecuado del zapato, por lo que también los costos se incrementan al tener que cambiarlos más seguido.

Como cultura preventiva, se recomienda ir al ortopedista al menos una vez al año; en el caso específico de los niños, idealmente después de que inician la marcha. Así mismo, si es posible, realizar regularmente un pedicure clínico, siempre previamente se debe garantizar el profesionalismo de la persona a cargo. Recordemos que prevenir desde todo punto de vista es menos complicado y mucho más barato que curar.

Aunque suene un poco extraño o inusual, la salud de nuestros pies también es integral, nada más agradable tanto a la vista como para desenvolverse, que la seguridad y comodidad que nos brindan unos pies sanos y limpios.

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