El envejecimiento cutáneo es un proceso biológico complejo, progresivo e irreversible.
Los efectos del envejecimiento sobre la piel son evidentes a partir de la quinta década de la vida.
Existen múltiples factores genéticos individuales, nutricionales y ambientales, hormonales, muchos de ellos influenciados por la actividad laboral o diferentes estilos de vida.
Según estudios existen dos tipos de envejecimiento:
- El envejecimiento cronológico (intrínseco), y
- El fotoenvejecimiento (extrínseco).
En el envejecimiento cronológico (Intrínseco)
Observamos que la mayoría de estos cambios se producen en la dermis, las fibras de colágeno disminuyen, se endurecen, se degradan y desorganizan, las fibras elásticas pierden elasticidad. Así mismo el número de fibroblastos disminuye y es cuando notamos que la piel forma surcos y hendiduras denominadas arrugas.
Los melanocitos aumentan de tamaño produciendo máculas pigmentadas, la grasa subcutánea desaparece, produciendo una dermis más delgada.
En el foto envejecimiento (Extrínseco)
La fotodermatosis más frecuente, ocasiona el daño por radiación ultravioleta (UVB y UVA) es acumulativo e irreversible. El grado de fotoenvejecimiento depende de la calidad y cantidad de radiación ultravioleta absorbida. Esto produce pérdida de hidratación, tersura, laxitud, formación de tumoraciones benignas o malignas, así mismo arrugas más profundas.
En las terapéuticas actuales, para disminuir los signos de envejecimiento, encontramos los tratamientos tópicos que pueden ser de uso diario y de aplicación en casa, como los hidratantes con vitamina C, vitamina E, ácido hialurónico, retinoides, alfa hidroxiácidos, protectores solares con SPF mayor a 30.
Así mismo, existen terapias para disminuir los signos de envejecimiento de aplicación por Médicos Dermatólogos, como lo son: la toxina botulínica, rellenos de ácido hialurónico, radiofrecuencia, aqua peel, plasma rico en factores de crecimiento, peelings químicos y microdermoabrasión con puntas de diamante. No olvide siempre consultar con su Dermatólogo sobre cuál tratamiento es el más indicado para su tipo de piel y acorde a su edad, además de otros factores propios de cada paciente que deben ser tomados en cuenta.
“Una bella ancianidad es, ordinariamente la recompensa de una bella vida”. Pitágoras