La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica, que afecta los nervios ópticos, la médula espinal y los nervios, que es lo que se conoce como sistema Nervioso Central.
El sistema nervioso está compuesto por células, cuya prolongación está protegida por una capa de lípidos (grasa) que se llama Mielina, en la EM la Mielina se ve afectada o dañada y es por eso por lo que también se le conoce como una enfermedad desmielinizante, ¿por qué es importante saber esto? porque hay otras enfermedades desmielinizantes que no son EM, aunque también afecten la mielina, no tienen ninguna relación.
La palabra Esclerosis en medicina, significa cicatriz, por lo que también existen otras enfermedades que se denominan esclerosis, pero no están vinculadas con la EM, con la que más se le confunde en con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), es importante que sepamos bien de qué estamos hablando, además, otro dato importante es que tengamos claro que la EM no es contagiosa.
¿Qué es lo que pasa cuando se desarrolla esclerosis múltiple?
Cuando se desarrolla EM, los glóbulos blancos que son los encargados de defendernos de factores externos como virus, bacterias, parásitos por mencionar algunos, no reconocen al sistema nervioso como una estructura propia, por lo que en lugar de defenderlo lo atacan o dejan al descubierto, es allí donde daña la mielina y, los conductos nerviosos toman una apariencia como de cable pelado, debilitando y haciendo más lento el impulso nervioso, razón por la cual dependiendo de donde esté localizada la afección, serán las manifestaciones de cambios en el desenvolvimiento y vida en general del paciente. El método principal de diagnóstico es la Resonancia Magnética, al ver las imágenes de esta, las áreas afectadas aparecen con una mancha blanca, no siempre en el mismo lugar, por eso se le denomina múltiple.
Los últimos resultados estadísticos que se conocen fueron establecidos por la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (MSIF por sus siglas en inglés) entre el 2008 y 2013, haciéndolos públicos en octubre del 2019, reflejando que de cada 100,000 habitantes, hay entre 30 y 33 con EM, 1 varón por cada 3 mujeres, lo que nos deja ver claramente, que afecta más al sexo femenino, comprendido entre los 20 y 40 años, que es precisamente la edad en que las personas están en pleno desarrollo y planificación de su vida y normalmente de una familia. A nivel mundial existe un millón y medio de mujeres que padecen esclerosis múltiple.
Entre un 20 y 30 % de las mujeres con EM que quieren concebir un bebé, toman la decisión después de ser diagnosticadas con este padecimiento, por lo que el desafío más grande que tiene la ciencia y los profesionales de la salud a cargo de estas mujeres es acompañarlas de la mejor manera orientándolas con el tratamiento más conveniente durante el proceso.
Muchos años atrás, cuando recién se identificó esta enfermedad, a las mujeres se les decía que no debían quedar embarazadas, se les prohibía ya que no era seguro, luego a partir de los años 90 y tras la mejora en los estudios y avances en el tratamiento, les era permitido pero, bajo estrictas condiciones, años después se identificó que el tratamiento debía suspenderse tres meses antes de que la mujer quedará embarazada, sin embargo esto era algo sumamente riesgoso, sobre todo si el quedar embarazada le llevaba mucho tiempo, pues la enfermedad podía empeorar.
Con los medicamentos que hoy contamos como el Interferon, sabemos que sin problema pueden seguir con su tratamiento hasta confirmar el embarazo.
Como en todo, hay excepciones, por ejemplo, en los casos en que sus habilidades motoras, o de equilibrio están muy comprometidas y pueden sufrir caídas o si se fatigan mucho, definitivamente un embarazo y atender un bebé es por demás complicado y no conveniente, sin embargo, en la mayoría de los casos, pueden tener un bebé o más de un bebé, lo importante es que sea con la debida planificación, para que el especialista les indique cuál es el momento de menor riesgo y las acompañe con los debidos controles y cuidados durante todo el proceso.
Como un aliciente y además un gran alivio a todos los temores normales que aquejan a las mujeres con EM que quieren ser madres, se ha comprobado que Rebif® NF aún cuando involuntariamente, ha sido tomado incluso durante el primer trimestre del embarazo, no ha causado más abortos espontáneos, mal formaciones genéticas, bajo peso o baja talla en los bebés que lo que normalmente se da, en la población de mujeres sanas que quedan embarazadas.
Adicionalmente a esto, se han hecho análisis con respecto a la afección que pudiera causar al bebé a través de la leche materna y, los resultados son totalmente alentadores, ya que el riesgo es extremadamente bajo, las moléculas de Rebif® son tan grandes que no pasan la barrera de la leche y por otro lado, benefician a la madre reduciendo considerablemente la taza de recaída de la enfermedad.
Con todo esto, podemos concluir que ser madres, hacedoras de vida y salud también a través de la lactancia materna, es posible para las mujeres con esclerosis múltiple.