La desnutrición infantil es un factor que corre el riesgo de producirse graves daños a su salud, incluso la muerte. La niñez es un período transcendental en el proceso evolutivo de las personas. En esta etapa es importante resaltar que se hace más evidente el crecimiento y desarrollo de cada ser humano. En los primeros años de vida es fundamental que a los pequeños se les brinde una alimentación adecuada, para asegurarles un crecimiento favorable.
Desde el período de gestación, la madre debe proveer al niño de un cuidado especial en su alimentación. Si una mamá sufre desnutrición, el hijo que espera está en riesgo de padecer un desarrollo incompleto.
En Guatemala, más del 50% de los niños entre 3 y 7 años de edad, padecen desnutrición crónica. Es decir, reportan talla y peso por debajo del promedio normal. Este tipo de problema incide directamente en el potencial de cada niño guatemalteco, ya que disminuye sus probabilidades de desarrollo físico y mental, como resultado de una mala o escasa alimentación.
Las cifras revelan que el 45.6% de los niños guatemaltecos registra una talla menor respecto a su edad, debido a la desnutrición infantil crónica que sufren.
Mientras tanto, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha señalado a Guatemala como el país que registra la mayor tasa de desnutrición infantil del continente, y el sexto país con desnutrición crónica, a nivel mundial.
La desnutrición a esos niveles puede provocar en los menores de edad alteraciones metabólicas y estructurales irreversibles, como la desaceleración del crecimiento del cerebro, o en el peor de los casos, una atrofia cerebral. El sistema nervioso también puede verse afectado, así como otros órganos del cuerpo humano.
En las niñas este problema es aún más delicado, ya que, al rebasar los siete años, tienden a crecer menos que los varones. El promedio de la niña guatemalteca de diez años de edad es 12 centímetros menor al promedio establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los niños que sobreviven con una sola comida diaria o dos, difícilmente puedan alcanzar un desarrollo normal.
Este problema no solo afecta al niño y a sus padres, sino también a la sociedad entera, ya que la riqueza más grande de un país reside en su capital humano, y si este no está en las mejores condiciones, existe poca probabilidad de desarrollo para la nación.
Educación y desnutrición
Un niño en edad escolar con problemas de desnutrición difícilmente logra completar el proceso de aprendizaje previsto en las escuelas, principalmente porque muchos asisten con el estómago vacío. Y esto incide de manera directa en la concentración, y en el rendimiento de los pequeños pues no tienen energía para realizar las diversas actividades escolares.
El 23% de los niños no desnutridos, abandonan la escuela antes de terminar la primaria, y esta cifra se eleva hasta 63%, en el caso de los pequeños que están desnutridos. La educación primaria de un niño por problemas de alimentación veda la posibilidad que ellos alcancen niveles de escolaridad altos, por lo tanto, se reducen las oportunidades de un mejor empleo para cuando sean adultos.
Desnutrición y pobreza
El problema de la desnutrición está íntimamente ligado a la pobreza y es uno de los peores males que puede sufrir un país. Mientras existan niños con ese grave problema, habrá también adultos con graves carencias. En países como Venezuela y Costa Rica han estado atendiendo este problema desde hace más de 40 años.
A Guatemala le queda un largo camino que recorrer. Para mitigar este desafío es importante apoyar y orientar a la mujer embarazada, para evitar la mortalidad materna y asegurar el nacimiento de un bebe saludable.
Asimismo, apoyar a los niños de 0 a 4 años en su desarrollo y nutrición, también a los pequeños en edad escolar, a través de refacciones y almuerzos escolares que se sirvan directamente en las escuelas.
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