Y entonces la siguiente pregunta podría ser ¿qué conlleva un estilo de vida saludable después de la cirugía estética?, si bien es cierto que la intervención realizada por el cirujano plástico hará un cambio positivo en nuestro cuerpo, los mejores resultados no se logran mágicamente, nuestro estilo de vida determinará el mejor resultado.
Lo que todos esperamos luego de la cirugía estética son resultados maravillosos y vernos espectaculares, y probablemente pensemos que nuestro cirujano ya hizo todo y nosotros no tengamos que hacer nada más que esperar para obtener el resulto tan deseado.
La gran pregunta sería ¿cómo lograr que este resultado sea perdurable en el tiempo? y que todo nuestro esfuerzo valga la pena. La respuesta es con un estilo de vida saludable.
Todo inicia con comer sano, nutrirnos adecuadamente es primordial para tener un estilo de vida saludable, esto traerá múltiples beneficios a nuestra salud y permitirá un equilibrio psicológico y emocional, ya que nos sentiremos bien y proyectaremos vernos bien.
No se pueden esperar cambios radicales si no hay un cambio real.
La cirugía puede ser la oportunidad perfecta para cambiar hábitos y adoptar una dieta sana por medio de una nutrición adecuada.
No está de más recordar que la nutrición se define como el proceso en el que el organismo asimila los nutrientes que le damos a través de los alimentos.
Los absorbe mediante la digestión para que lleguen a la sangre y a las células, así puedan llevarse a cabo procesos metabólicos importantes como la cicatrización de heridas.
Por lo tanto, tener una nutrición adecuada dependerá de la introducción y consumo de todos los grupos de alimentos, es decir, el organismo necesita diariamente proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas, minerales y agua.
Lo importante es comprender que luego de toda cirugía, nuestro cuerpo estará en un período de convalecencia, por lo tanto, no podemos prescindir de nutrientes esenciales para una pronta y óptima recuperación, así se evitará más tiempo en reposo y largas estadías intrahospitalarias.
Y es que comer adecuadamente fortalece nuestro sistema inmunológico, disminuye la posibilidad de contraer enfermedades y/o infecciones, y disminuye el impacto de los síntomas que la misma cirugía conlleva.
En el período luego de la cirugía, la dieta postoperatoria, puede comprender de dos a cuatro semanas y es parte del proceso de adaptación a un régimen de alimentación más saludable, los principales objetivos en este período son:
Contribuir a la cicatrización y evitar pérdida de masa muscular, por medio de un consumo adecuado de proteínas, tanto de origen animal, como vegetal, las fuentes alimenticias más recomendadas en estos casos son carnes blancas y magras como el pollo y pescado, huevos y también proteínas de origen vegetal como la quinoa, leguminosas, y garbanzos.
Así mismo son necesarios los micronutrientes como: las vitaminas A, E y C, las vitaminas A y E las encontramos en el aceite de oliva, aguacate y semillas como: almendras, manías y marañón; la vitamina C se encuentra en muchas frutas y verduras como: naranja, limón, fresa, kiwi, tomate, chile dulce, entre otros.
También los minerales como el zinc, selenio, magnesio y el hierro contenidos en estas frutas y verduras contribuirán positivamente en el proceso.
Evitar estreñimiento, debido a los días en reposo y la poca actividad, el paciente tiende a padecerlo, por lo que se aconsejan alimentos ricos en fibra como frutas, tales como: papaya, ciruela, piña, pera y cereales integrales, para lograr una digestión saludable y mejorar tránsito intestinal.
Evitar retención de líquidos o edema, se aconseja una ingesta baja en sodio, por lo que no se debe agregar sal extra a los alimentos, se deben evitar los alimentos enlatados, las bebidas artificiales y los enlatados.
Evitar anemia, debido a la pérdida de sangre en la cirugía, es necesario incluir en la dieta alimentos ricos en hierro como: los vegetales de hoja verde, por ejemplo; la espinaca, el berro y la acelga, frutos secos, nueces o semillas, proteínas animales y leguminosas.
Adecuada hidratación, el consumo de agua es vital y es indispensable en todo proceso de recuperación, pero no se deben incluir bebidas artificiales que contengan azúcar, para no agregar calorías vacías a la dieta. Pueden ser bebidas naturales como Jamaica.
En complemento a los objetivos anteriores, cabe mencionar que no hay alimentos prohibidos, pero si se recomienda evitar, en este período, algunos alimentos que puedan provocar gases, como: lácteos, las coles y bebidas carbonatadas.
Es necesario hacer énfasis en que cada persona tiene necesidades diferentes, todo depende de su peso, edad, sexo, patologías asociadas, el tipo de actividad física que realice con regularidad, sus hábitos y preferencias alimentarias.
Es aquí donde radica la importancia de la evaluación nutricional, donde la valoración clínica, de ingesta, antropométrica y bioquímica, se hacen esenciales para determinar el tipo de régimen nutricional de cada paciente.
La evaluación nutricional va a servir para identificar carencias o excesos que puedan influir negativamente en la recuperación postoperatoria, por ejemplo, en la calidad de la cicatrización y según esto se debe realizar un plan de alimentación adecuado a las necesidades de cada paciente para que este logre conseguir los efectos esperados y por medio de una educación alimentaria lograr mantenerlos en el tiempo.
Tanto antes de la cirugía como después, la nutrición se vuelve esencialmente importante.
Dicho lo anterior, tomaré una frase muy famosa, que dice “SOMOS LO QUE COMEMOS” de Ludwig Feuerback, en este contexto, se podría entender de la siguiente manera: si comemos bien estamos bien, por el contrario, si comemos mal estamos mal. Por lo que darle lo mejor a nuestro cuerpo es una decisión.
En conclusión, es muy importante que nos asesoremos con un profesional licenciado (a) en nutrición, para alimentarnos correctamente, respetar y amar nuestro cuerpo, procurando una alimentación completa, equilibrada y adecuada, una hidratación suficiente y acompañar de ejercicio regular y programado, para lograr un estilo de vida saludable.