La sonrisa es una expresión que generalmente refleja alegría, placer o bienestar y que comúnmente observamos como gesto de amabilidad o agradecimiento. Forma parte de la boca, que junto a otras estructuras, cumple funciones indispensables para la vida diaria como la masticación, la respiración y el habla.
El buen estado de salud en la cavidad oral y estructuras relacionadas, es fundamental para gozar de bienestar general y de una buena calidad de vida. Muchas enfermedades bucales se deben a la falta de cuidado en la limpieza diaria y al alto consumo de azúcar en la dieta, estando entre las más comunes la enfermedad periodontal y la caries.
La enfermedad periodontal se refiere a la enfermedad de los tejidos que rodean al diente, es decir las encías y el hueso de soporte.
Es provocada por la acumulación de placa bacteriana sobre la superficie dental que no es eliminada de manera correcta.
Esta enfermedad puede pasar desapercibida porque generalmente no causa dolor, pero es fácilmente detectable ya que es común que se presente inflamación y/o sangrado de las encías y mal aliento.
Puede catalogarse, según el grado de la enfermedad, en Gingivitis, cuando el daño está únicamente en la encía, y en Periodontitis, cuando aparte de haber daño en la encía, también se encuentra afectado el hueso y puede haber movilidad dental. El tratamiento, al igual que el pronóstico, depende del grado de enfermedad que tenga el paciente en el momento de ser tratado.
La caries es la enfermedad dental probablemente más conocida.
Es causada por múltiples factores, entre ellos la dieta diaria, las bacterias y el tiempo que pasen estas en la boca por no ser eliminadas eficientemente.
La caries se caracteriza por la destrucción de los tejidos del diente, debido a la desmineralización que causan los ácidos que producen las bacterias de la placa dentobacteriana, cuando esta no es eliminada adecuadamente con la higiene diaria.
Las caries generalmente si causan dolor o algún tipo de sensibilidad dental, que puede ser provocada, o puede darse de manera espontánea.
El tratamiento depende del tipo y extensión de la caries que se presente, y puede ser desde una restauración convencional hasta la extracción dental, en el peor de los casos.
En la actualidad existe una gran variedad de materiales y recursos tecnológicos que permiten tratar estos problemas, sin sacrificar la función o la estética de la sonrisa.
Las bacterias relacionadas, tanto a los problemas periodontales, como a las caries, cuando no son tratadas de manera oportuna, pueden expandirse al torrente sanguíneo o a través de la cavidad bucal, y generar enfermedades que afecten otros sistemas del cuerpo, deteriorando de esta manera la salud en general.
Existen también distintos hábitos que afectan directamente la salud bucal, como por ejemplo: fumar, morder objetos o morderse las uñas, y muy comúnmente el Bruxismo.
El Bruxismo es un movimiento no funcional de la mandíbula, en el cual se rechinan o se aprietan los dientes de manera consciente o inconsciente, por el día o por la noche.
Esto produce desgaste en las superficies dentales, pudiendo provocar sensibilidad dental, dolor en los músculos relacionados con la masticación y dolores de cabeza.
Algunas de las causas que pueden provocar el bruxismo son: el estrés, el tipo de alimentación, los hábitos de sueño, la alineación de los dientes, entre otros.
El tratamiento está orientado en reducción del dolor y la prevención del desgaste de las piezas dentales, así como daños permanentes en la mandíbula, mediante protectores o guardas dentales, fabricados para que el paciente duerma con ellos, o los utilice en momentos específicos del día, además del seguimiento de las causas que, aparentemente, lo están provocando.
Es importante tener presente la necesidad de controles periódicos, principalmente para prevenir estas enfermedades, y también para poder diagnosticar cualquier problema oportunamente y darle solución a la brevedad.
Todos estos problemas, al no ser tratados adecuadamente, pueden provocar la pérdida prematura de piezas dentales, afectando de esta manera, las funciones antes mencionadas.
La sonrisa es actualmente una de las principales cartas de presentación del ser humano y, por lo tanto, es fundamental el cuidado que a esta se le brinde. Además de mantener los dientes sanos, existen tratamientos que ayudan a mejorar la estética de los mismos.
Entre ellos podemos mencionar la Ortodoncia, que ayuda a mejorar la posición de los dientes, tanto para la perfecta alineación, así como también para corregir problemas funcionales que puedan existir en la cavidad bucal.
Otro tratamiento que ayuda a mejorar el aspecto de la sonrisa es el blanqueamiento dental.
El procedimiento de blanqueamiento dental es un tratamiento dental estético que logra reducir varios tonos del color de los dientes.
Permite eliminar la mayoría de las manchas producidas por alimentos o causas externas como café, té, cigarro, vino tino, entre otros. Existen dos tipos de blanqueamiento dental, el ambulatorio, de baja concentración que se realiza en casa, y el blanqueamiento clínico, de alta concentración, realizado por el odontólogo en el consultorio dental.
El tipo de blanqueamiento ideal para cada paciente es determinado en una evaluación inicial realizada por el profesional.
A pesar de que en la actualidad existe un sinfín de tratamientos, tanto restaurativos, como estéticos, siempre lo más importante será el mantenimiento en casa con hábitos correctos de higiene bucal, incluyendo en la limpieza diaria, el uso de un cepillo dental adecuado, de preferencia con cerdas suaves, pasta dental con flúor, el uso diario de hilo dental, y complementar la limpieza con un enjuague dental con flúor y de preferencia sin alcohol.
No hay que olvidar que las visitas al odontólogo deben realizarse cada 6 meses, para garantizar con esto, la salud y el bienestar de nuestra sonrisa.