Tras descubrir nódulos tiroideos, el médico evaluará mediante examen físico el resto de la tiroides para determinar si está aumentada de tamaño o si existen más nódulos.
La glándula tiroides es una glándula endocrina localizada en la parte de adelante del cuello, está compuesta por dos lóbulos (lados), uno derecho y otro izquierdo.
Produce las hormonas tiroideas, las cuales ayudan a mantener la temperatura del cuerpo, utilizar energía y al buen funcionamiento de muchos órganos1.
Los nódulos tiroideos son un crecimiento anormal de células tiroideas que forma un bulto o masa dentro de la glándula tiroides.
La gran mayoría (más del 90%) de los nódulos tiroideos son benignos.
Sin embargo, algunos de ellos pueden contener cáncer.
La pregunta más importante para el médico como para el paciente, es conocer si el nódulo tiroideo es benigno o maligno en el menor tiempo posible y al menor costo posible.
La mayoría de los nódulos tiroideos no causan ningún síntoma y usualmente son descubiertos durante un examen físico anual o por el mismo paciente.
Al efectuarse niveles de hormonas tiroideas en sangre, la mayoría de los pacientes, incluyendo aquellos con cáncer, tendrán niveles de hormonas normales.
Tras descubrir un nódulo tiroideo, el médico evaluará mediante examen físico el resto de la tiroides para determinar si está aumentada de tamaño o si existen más nódulos. Los exámenes de laboratorio iniciales incluirán un valor de TSH y T4 para evaluar el funcionamiento.
Es difícil determinar si un nódulo tiroideo es benigno o maligno solo con el examen físico y exámenes de laboratorio, por lo que la evaluación deberá incluir un ultrasonido tiroideo y una biopsia por aspiración con aguja fina.
El ultrasonido tiroideo es un componente esencial y parte de la evaluación inicial de los nódulos tiroideos.
Nos dirá si hay más nódulos, en cuál lóbulo de la tiroides se encuentran, el tamaño y otros datos útiles que le servirá a su médico para identificar características que puedan ser sospechosas de algún proceso maligno.
Pero el examen más importante para la evaluación de los nódulos tiroideos, es la biopsia por aspiración con aguja fina. Es un procedimiento simple, en el que el médico introduce una aguja muy delgada para extraer células del nódulo.
Usualmente, se toman varias muestras de diferentes partes del nódulo para obtener más células que ayuden a realizar un diagnóstico.
Estas células son examinadas bajo un microscopio por un patólogo.
El reporte de la biopsia nos dirá que el nódulo es:
1.Benigno (no cáncer).
2. Maligno (cáncer) o sospechoso de malignidad.
3. Indeterminado: cuando no se puede clasificar como benigno o cáncer. Aun cuando el porcentaje de cáncer no es muy alto, el diagnóstico se realiza al evaluar la pieza mediante cirugía.
4. No diagnóstica o inadecuada: cuando no hay suficientes células para hacer el diagnóstico. En este caso deberá repetirse la biopsia.
Los centellogramas tiroideos se efectuaban en el pasado para evaluar los nódulos tiroideos, sin embargo, no son considerados métodos diagnósticos de primera elección actualmente.
Se utilizarán únicamente en la evaluación de nódulos tiroideos que causen hipertiroidismo.
Los nódulos tiroideos en los que el resultado de la biopsia es cáncer o indeterminado, deberán ser removidos con cirugía por un cirujano endocrino, especialista en tiroides.
Es importante recordar que la mayoría de los cánceres de tiroides son curables.
Los nódulos benignos pueden ser observados mediante ultrasonido y biopsia por aspiración anual, la cirugía puede estar indicada si el nódulo crece o cambia de características durante el seguimiento.
1. American Thyroid Association. Thyroid Nodules [Internet]. Virginia: American Thyroid Association; c2018 [cited 2018 June 11]. Available from: https://www.thyroid.org/thyroid-nodules/