Que seguiría después de la juventud, … la maduritud …
Así como pasamos de la niñez a la juventud, seguimos hacia la maduritud, trayendo los cambios físicos y emocionales, que se dan en esta etapa por disminución hormonal, contrarios al aumento que se dio en la juventud, nos reiniciamos.
Me gusta este término maduritud (no climaterio o menopausia) debido a que nos empieza a hablar de una continuidad en las etapas de nuestra vida, que por cierto no lo van a encontrar aún en el diccionario de la RAE, es aquí cuando hay algo diferente y valioso, para tomarlo en cuenta comúnmente cuando nos acercamos a la 4ta década de nuestra vida, nos permitimos ahondar en este tema que nos guste o no, nos va alcanzar como la etapa siguiente de la vida: es cuando tendemos por alguna razón a evaluarnos con preguntas como:
- ¿Por qué lo hice?
- ¿Qué me queda por hacer?
- ¿Qué me llevó a hacerlo?
- ¿Qué tenía en la cabeza que lo dejé de hacer?
En fin, nos damos cuenta de que ahora contamos con una forma diferente de apreciar nuestro tiempo, intereses, relaciones y que de igual forma estamos cosechando algunos resultados de decisiones tomadas en el pasado, lo cual nos permite valorar la importancia de respetar las siguientes decisiones que tomaremos, en este caso, respecto a cómo nos gustaría seguir viviendo el resto de vida que nos quede, tomando en cuenta que el promedio de vida de la mujer en Guatemala es de 75 años.
Los cambios físicos esperados en diferente magnitud dados por la disminución de hormonas femeninas, más frecuentes son:
- Humor variable, irritabilidad.
- Calores sofocos.
- Ganas de orinar frecuentemente.
- Trastornos menstruales.
- Dolores de cabeza y articulaciones, por mencionar algunos.
Tanto en este artículo y, para cerrar la serie de 4 conferencias referentes al tema donde ya se obtuvo la información de lo último en: tratamientos con sustitutos hormonales, el cuidado de la piel en todo momento (ya que en esta etapa es cuando vemos los efectos de un cuidado constante o descuido de nuestra piel), de igual forma la necesidad de conocer el funcionamiento y los cambios que va teniendo nuestro cuerpo al procesar de forma distinta los alimentos, donde al tener conciencia de lo que está pasando, nos permite cambiar lo que podemos hacer cada día para re- novar nuestra forma de ver lo que creemos nos va a suceder al llegar a esta etapa de la vida.
Al referirnos a la parte psicológica y emocional, es un momento para reflexionar, quizás tomándonos un tiempo para nosotras mismas, sí aunque parezca imposible… acerca de cómo queremos afrontar lo que está por llegar.
Es ahí donde las creencias, actitudes y expectativas que tengamos al respecto, pueden llevarnos a dejar que pase irremediablemente de forma pasiva en nuestra vida, sin direccionar los cambios que se avecinan; aunque es verdad y aún en son de broma lleva una connotación de desprecio, burla e incomprensión llegar a esta etapa, lo que puede llevar a una verdadera crisis personal, de pareja, o familiar, debido a cambios súbitos de estados de ánimo.
Está en nosotras el tomar de forma correcta y con una buena actitud, la responsabilidad de elegir positiva y sabiamente cómo redefinir nuestra vida en las áreas más significativas.
Trabajo: iniciar una vida productiva o crecer en la que tenemos.
Estudio: retomar donde nos quedamos o pensar en una maestría u otro tema de interés.
Crecimiento Personal: darles valor a nuestros propios deseos intereses y desarrollarlos. Arte, habilidades personales, hobbies, terapias, etcétera. Lo que nos ayude a ser mejores personas.
Salud: conocer dónde estamos, asumir la responsabilidad de mejorar nuestra salud con comida sana, ejercicio, calidad de sueño y manejo de estrés.
Descanso: la importancia de equilibrar el tiempo de trabajo y las actividades realmente recreativas para obtener paz mental.
Relaciones interpersonales: aprender a seleccionar con quien nos relacionamos, personas que nutran nuestra alma y volvernos personas que brinden positivismo a los demás, alejarnos del excesivo control, manipulación, chisme o quejas… viva y deje vivir…
Finanzas personales: Conozca su sistema de administrar y enriquézcalo, desarrolle su potencial para producir y administrar. Lea, busque conferencias y únase con otras mujeres para ganar; la autoestima se mejora al sentirse útil.
Espiritual: crezca espiritualmente, busque cómo aprender y compartir con otros acerca de la vida espiritual, independientemente de religión, dependa más de Dios, en su vida confíe en que Él, está a cargo de cada situación por adversa que esta sea.
Aspecto físico: no descuide cómo quiere que los demás la vean, hay cosas que no podemos cambiar, como nuestra estatura pero sí somos responsables de nuestro peso, nuestra forma de la cara nos define y no podemos cambiarla, pero sí la sonrisa que decidimos tener, y así descubrimos cómo, en cada área, hay que reflexionar hacia dónde queremos dirigir la otra mitad de vida que nos queda por delante, además contamos con algo valiosísimo que no teníamos a los 20´s; la experiencia de saber las consecuencias de no decidir y dejar en manos de otros nuestra vida o decidir darle gracias a Dios al empezar la Maduritud y vivirla disfrutando cada cambio, por irreal que parezca.
Iniciamos poniéndonos en primer lugar, así que pregúntese, ¿qué me gusta?, ¿qué me agrada?, ¿a dónde quiero llegar en cada una de las áreas de mi vida?, al sentirse más plena, más feliz consigo misma, reflejará y modelará un estilo de vida completo hacia los demás, dejando huella al pasar como dice Arjona, pero huella de ser la mujer que está destinada a ser, en esa siguiente etapa llena de plenitud, paz y felicidad, segura de sí misma. y dispuesta sobre todo a ser y hacer feliz a los demás. El cambio no es el fin, sino el comienzo de un nuevo camino.