Es un hecho que el riesgo de sufrir cualquiera de las formas de presentación de la enfermedad cardiovascular aumenta de forma significativa y progresivamente con la edad, causando la muerte y en muchos casos discapacidad permanente. A continuación la importancia de la salud cardiovascular.
Esta aseveración ya no es tan clara, ya que cada vez vemos más factores riesgo como son Obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol elevado, sedentarismo, tabaquismo, alto consumo de sal y azúcar, en grupos de población más joven, y algunos de ellos en la población infantil.
No quiero pasar por alto el índice de obesidad infantil, que afecta aproximadamente al 15% de los niños, determinando un futuro preocupante de cara a la salud cardiovascular.
La solución no se basa en el tratamiento de estas enfermedades sino en su Prevención, un tema complejo que no hemos abordado con responsabilidad.
No cabe la menor duda que hemos fallado en la premisa fundamental de la prevención primaria, es decir en la educación, comenzando por inculcar a los niños y adolescentes hábitos de vida saludables, con actividad física regular, una dieta balanceada y así tener como resultado, adultos sanos, proponernos educar para conseguir un comportamiento diferente, con total responsabilidad individual.
La salud es hasta el día de hoy literalmente una “asignatura pendiente”, como parte de la educación escolar, que involucre a las familias y se convierta en esa ventana de oportunidad, que por desdicha hoy estamos dejando pasar. Un reto a las instituciones para educar en la ciencia de la salud y su integralidad: la alimentación, conocer el cuerpo, la interacción entre órganos y el corazón, instar a la actividad física y la gestión emocional.
De manera que logremos entonces, que la educación que recibe un niño entre los tres y los seis años, sea la piedra angular para su cuidado en la vida adulta.
Es difícil cambiar como adultos, más aún hacerlo solos, es aquí en donde el esfuerzo grupal y el compromiso familiar juegan un rol importante en perpetuar esos cambios.
Gastar millones para tratar la enfermedad y alargar la vida sin la calidad que debe tener, es un ciclo que imperativamente debe ser roto. Es una responsabilidad de todos, médicos, pacientes, instituciones gubernamentales fomentar políticas satinarías globales, que permitan a la población mantener en lo posible la salud de su lado.
Come sano y balanceado, mantén un peso saludable, evita el tabaco, alimenta tu fe, piensa positivo, sonríe siempre, abraza todo lo que puedas y tendrás una vida con calidad.
