El estreñimiento es una alteración en el patrón de las evacuaciones, en el que observamos una prolongación del tiempo entre cada una o, un incremento en la consistencia de éstas, de manera significativa.
¿Cuáles son los síntomas?
El síntoma principal que como papás podemos observar, es cuando el niño empieza a tener una dificultad considerable para evacuar, presentando mucho dolor y una sensación desagradable que, incluso, provoca que retenga voluntariamente y no quiera evacuar.
¿Qué lo causa?
Las causas son variables. Pueden ser orgánicas o funcionales. Estas últimas condicionadas muchas veces por alteraciones en el patrón de alimentación, hidratación o aspectos emocionales, que los niños experimenten en su día a día.
Es importante mencionar que, para los pacientes en los primeros meses de vida, la LACTANCIA MATERNA será siempre la mejor opción nutricional, siendo también un factor protector por su composición, que condiciona un mejor patrón evacuatorio. Se escucha frecuentemente que los bebés que consumen fórmulas infantiles tienden a tener evacuaciones más duras. No siempre se da este caso, pero de observarlo, los profesionales de la salud pueden valorar el inicio de fórmulas con ciertas características específicas, que ayuden a mejorar la dinámica evacuatoria.
NO HACER CAMBIOS ARBRITARIOS DE FÓRMULA, SIEMPRE CONSULTAR CON TU PEDIATRA.
Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo para que un niño presente estreñimiento son:
- Alimentación: Cuando hay limitada ingesta de alimentos con alto contenido en fibra (frutas y verduras).
- Inadecuada hidratación, en cantidad y calidad. Debemos de tener mucho cuidado con los “jugos” o bebidas azucaradas y carbonatadas. Lo mejor siempre será el agua pura.
- Bajo nivel de actividad física
Debemos tomar en cuenta que la dinámica de nuestra vida cambió desde que inició la pandemia. Todas las medidas implementadas generaron cambios en alimentación e hicieron que disminuyera significativamente la actividad física de los niños. Esta es una de las razones por las que actualmente vemos tantos nuevos casos de estreñimiento. Como adultos, debemos ser los principales promotores para que retomen sus actividades regulares, incluyendo como parte cotidiana, el que jueguen y se ejerciten, hidratándose correctamente y comiendo todo aquello que los nutre y alimenta.
Diagnóstico
Es básicamente clínico. Si en algún momento se sospechan procesos anatómicos u orgánicos, existen estudios de imagen y endoscópicos que pueden realizarse. Pero en términos generales, si hablamos de estreñimiento de tipo funcional, la historia que la familia nos refiera en cuanto al patrón de evacuaciones y la dinámica que está teniendo el niño al momento de ir al baño, es la principal herramienta diagnóstica.
Tratamiento
Hay dos pilares fundamentales en el tratamiento:
El primero es el día a día (¡EL QUE MÁS CUESTA!): Conlleva una alimentación sana y con alto contenido de alimentos que contengan fibra como se mencionó previamente. Optimizar el aporte de frutas y verduras principalmente y un adecuado estado de hidratación.
El segundo, son los diferentes medicamentos que podemos utilizar, de acuerdo al contexto particular de cada niño, el cual puede variar de caso a caso.
Complicaciones
Dentro de las complicaciones podemos mencionar las más frecuentes: dolor y distensión abdominal, sensación de pesadez y rechazo a la comida (esto porque el comer es uno de los principales estímulos para evacuar y si el niño tiene “miedo” de hacerlo, disminuye su ingesta para así aminorar su deseo de evacuar); muchas veces también al estar reteniendo por no querer evacuar, empiezan los manchados involuntarios en la ropa interior o pañal, que pueden complicarse de manera significativa si este proceso persiste a mediano o largo plazo.
Recomendaciones
- Conozcamos bien a nuestros hijos. No todos tienen el mismo patrón de evacuaciones. No necesariamente lo que leemos en Internet debemos aplicarlo a nuestros pequeños. Y por favor, insisto en que se ocupen de que todos los días tengan una buena ingesta de fibra de forma natural con los alimentos adecuados, hidratándose lo mejor posible.
- No utilicemos los medicamentos, las recetas o recomendaciones que nos han dado a nosotros los adultos en el caso de los niños.
- No es cierto que un niño es un adulto en chiquito, por lo que las manifestaciones y problemas gastrointestinales deben ser abordados de manera específica por un Gastroenterólogo Pediatra.
Recordemos que un niño con salud, será un adulto lleno de bienestar.
