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Desafío emocional ante el cambio de hábitos alimenticios

Existen múltiples factores que influyen en el comportamiento alimentario que brindan oportunidades para intervenir en las elecciones alimenticias de las personas y mejorarlas.

Sin embargo, está la existencia de barreras que pueden dificultar el cambio de hábitos alimenticios y de estilo de vida a uno más saludable.

Las personas tienen hábitos que ayudan, a nivel de salud, con las relaciones interpersonales con el crecimiento personal o en general. También existen ciertos hábitos que no benefician y sería ideal cambiarlos o eliminarlos por completo. Lo que pasa muchas veces, es que tiendes a enfocarte en el hábito “negativo”, tratas de eliminarlo y luchas contra él, y esto ayuda a fortalecerlos. “A lo que te resistes, persiste”Carl Jung.

Por eso, lo primero que debes hacer es no luchar contra el hábito no deseado. Intenta introducir nuevos hábitos que sí desees, de esta forma le quitas la atención y la energía al hábito no deseado

para que no sea tan importante y sea más importante el que estás introduciendo. Debes tomar en cuenta que se te van a presentar obstáculos, es un proceso natural y no debes desanimarte. Existe lo que es la resistencia al cambio y si lo tienes en mente, no será un factor que haga que no continúes con el cambio de hábitos. La resistencia a los cambios es un tipo de discapacidad para enfrentar situaciones nuevas. No es fácil cambiar de hábitos porque implica alterar costumbres que han sido establecidas a lo largo de la vida.

Mantener el cambio de conductas y pensamientos es difícil y requiere de motivación, inspiración y en ciertos momentos de apoyo social. Un factor negativo muy importante es el miedo. Sin miedo harías muchísimas cosas diferentes. El miedo a lo desconocido te limita, pero hay que tomar en cuenta, que si quieres resultados nuevos y diferentes tienes que hacer las cosas distintas.

Einstein decía: “No se puede mejorar haciendo más de lo mismo”. En cuanto más miedo tengas al fracaso, más cerca estás de él. Pueden venir muchas interrogantes a tu mente sobre los cambios que conlleva adoptar un nuevo estilo de vida, esto te puede aterrorizar y optas por quedarte en tu zona de confort. Existen miedos inconscientes que hacen que te alejes de tus metas.

Desafío emocional ante el cambio de hábitos alimenticios

Muchas veces nosotros mismos nos ponemos los obstáculos para no cumplir con lo deseado, por más descabellado que parezca así es, ya que desconocemos lo que va a pasar luego de alcanzar el objetivo y esto es una amenaza a nivel inconsciente.

No existe momento ideal (para el ego) de hacer cambios, sin embargo, cualquier momento es bueno y perfecto para comenzar a tomar acción.

Otro factor que puede hacer que sabotees tu camino, es que quieres ver cambios inmediatos y si no los obtienes tiras la toalla. No te des por vencido, deja que todo tome su curso y ten en mente que todo es cuestión de tiempo. Si el cambio de hábitos va por el camino de alimentarte sanamente, hacer más ejercicio y temas relacionados con la salud física, vas a experimentar cambios en tu cuerpo.

Puedes confundir el alimentarte sanamente con comer menos. Con esto tu organismo reaccionará ante la falta de nutrientes, se sentirá débil, cansado o con hambre y fácilmente podrías tomar el camino de dejar de implementar el nuevo hábito. O si te ejercitas excesivamente pondrás a tu cuerpo en un estado de shock que no es el ideal. Puede que sientas dolores de cabeza, de articulaciones o huesos, mal humor, pensamientos negativos y ansiedad o sentirte cansado y con mucho sueño.

Esto no debe alterarte ya que estas reaccionando ante los cambios y estos son pasajeros, de igual manera asesórate con expertos ya que si quieres hacer cambios de manera saludable, no puedes adoptar nuevas estrategias inventadas o que leíste en algún lugar del cual desconoces la fuente.

Tómate el tiempo ya que se trata de tu salud y con eso no se juega. El cambio de hábitos tiene varias etapas, a veces toma un tiempo antes que los cambios se conviertan en hábitos y enfrentarás el desafío emocional en el camino. Pero adoptar nuevos y saludables hábitos te pueden proteger de serios problemas de salud, también te ayudarán a verte y sentirte mejor. Si te apegas a estos cambios pueden convertirse en parte de tu vida diaria.

La mayoría de las personas pasan por la vida sin estar en contacto con sus emociones y sentimientos. No saben qué les hace bien y qué les hace mal, por lo que tienden a continuar con un patrón que a la larga es auto destructivo. Estamos tan desconectados de nosotros mismos que si tuviéramos que decir qué es lo que nos hace bien, en temas de alimentación, actividad física o conductas, la mayoría no tendríamos ni idea de qué decir.

A veces lo más fácil de percibir es lo que no nos hace bien, pero de igual manera pasa desapercibido en nuestro sistema. El cuerpo manifiesta físicamente y es importante que lo escuchemos. Dolores de cabeza, cambios de humor, problemas digestivos y enfermedades se hacen presentes cuando algo no está bien, así que pon mucha atención a lo que tu cuerpo te está tratando de decir. Pero no creas que el cuerpo solo se comunica cuando algo no le hace bien, también lo hace cuando algo le trae beneficios y es muy importante que te des cuenta cuando tu cuerpo muestra una mejora. El primer paso para saber qué es lo mejor para ti, es aprender a escucharte. Observa cómo reacciona tu cuerpo, observa las señales de bienestar o malestar. Algunas señales pueden ser irritabilidad, hinchazón, retención de líquidos, tensión, cambios de humor, más energía, felicidad etc.

De igual manera toma en cuenta qué tipo de persona eres, qué es lo que te motiva. Para cada individuo el camino es diferente, las experiencias son distintas y cada quien vive su propio proceso, por lo que es importante saber cómo reaccionas ante distintas situaciones, cómo puedes hacer para ayudarte a cumplir lo que deseas, que no seas tú la persona que interfiera y sabotee tu proceso de cambio.

Ten en cuenta que no existe momento ideal (para el ego) de hacer cambios, sin embargo, cualquier momento es bueno y perfecto para comenzar a tomar acción. Ponte nuevos retos que sean viables y que no sean muy complicados. Empieza por algo sencillo, no intentes hacer algo muy difícil desde el principio. Si te lo propones puedes lograr lo que quieras.

Recuerda que introducir cambios de hábitos no es tarea fácil, pero vale la pena, cuando ves los resultados, te sientes mejor, con más energía y feliz, pues ¡alcanzaste la meta!

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