En cáncer de riñón y de vejiga, un diagnóstico temprano y certero, puede hacer una gran diferencia, que no estén considerados dentro de los primeros lugares en cáncer, no significa que no sean mortales y que sus consecuencias aún sobreviviendo, impacten la calidad de vida de las personas y su entorno.
Diagnóstico:
El diagnóstico es importante que sea realizado por un especialista. Muchas veces nos duele invertir en nuestra salud al punto de considerarlo un gasto, prefiriendo ir con un solo médico y pretender que él abarque todo, debemos tener presente que, en medicina, las ramas son muy amplias por lo que debemos buscar los especialistas en cada área. Si se ha padecido una infección urinaria a repetición, lo mejor, es ir con un infectólogo que encuentre la razón, si he tenido sangrado al orinar, debo ir con un urólogo para que estudie el por qué.
Identificarlos no es fácil, ni a la primera, tengo que saber y pensar que pueden darse estas patologías y buscar, además, los diagnósticos por imagen específicos. En vejiga muchas veces se determina solo por cistoscopía, que es cuando al ingresar un cistoscopio a través de la uretra se verifica el estado de la vejiga, debe idealmente ser de esta manera, pues si las lesiones son muy pequeñas, no es posible identificarlas a través de otro método, ni siquiera a través de una tomografía. Lo más importante es que sea de forma temprana, esto lo hace un urólogo.
En riñón, el gold standard para diagnóstico, es iniciando con un ultrasonido que puede identificar una lesión, pero lo ideal es practicar una tomografía, porque a través de esta vamos a definir el área afectada del riñón, si está localizada o no, para determinar si se puede tratar a través de intervención quirúrgica.
Estos son los exámenes para realizar, un examen de orina nos orienta también sobre todo para determinar la cantidad de hemoglobina presente o sea la cantidad de sangre en orina, que muchas veces también está oculta.
Consultar y dejar que los especialistas indicados tomen el control, es la mejor manera de manejar de forma temprana estas patologías.
Tratamiento:
Ha venido modificándose, el gold standard es diagnosticar a tiempo y tratar quirúrgicamente, sin embargo, al no ser temprano el diagnóstico, los tratamientos varían.
En vejiga, dar radioterapia para control local de la enfermedad y quimioterapia para exacerbar el efecto de este control local, buscando siempre, preservar el órgano, porque en muchas ocasiones la alternativa es quirúrgica y las complicaciones que conlleva resecar una vejiga son serias. Por lo que siempre buscamos primero controles locales, dependiendo de la etapa clínica, se podría incluso iniciar con tratamientos intravesicales que ayudan a controlar la enfermedad.
En riñón, se ha visto que la quimioterapia no es la mejor alternativa para tratarlo, desde hace muchos años se sabe que los fármacos llamados inhibidores de DKI, que actúan directamente a un área de la membrana celular, bloqueando que estas se sigan desarrollando, ha sido la mejor alternativa. Sin embargo, día a día la oncología sigue en investigación y se han encontrado nuevos fármacos y nuevas moléculas, que han venido a cambiar la historia de las enfermedades oncológicas, en este caso no solo hablamos de lo que es riñón y vejiga, sino ha venido a cambiar la historia de muchos pacientes con diferentes patologías, porque hacen que nuestro propio sistema inmunológico en este caso a través de la inmunoterapia, ataque a estas células malas, y al activar nuestro sistema inmunológico permite que las empiece a identificar, esto es lo ideal, que nuestro cuerpo no deje que crezcan, pero debemos tomar en cuenta que, estas células son tan inteligentes que tienen un crecimiento acelerado y descontrolado, haciendo lo que quieren por dentro, porque nadie las ataca.
La inmunoterapia ha venido a identificarlas, dando señales para que el fármaco active nuestro sistema y las empiece a matar, esto va de la mano de fármacos como los mencionados anteriormente que ya se sabe tienen puntos de control especifico y, la combinación de inmunoterapia con estos que han sido utilizados por mucho tiempo ha venido a dar mayores resultados a nivel renal. Cada vez estamos logrando más, tanto controlar la enfermedad como hacer que, aunque estas ya estén avanzadas, sean controladas.
Cuando hablamos de control y no curación en una enfermedad metastásica, es lo mismo que pasa con un diabético o un hipertenso, van a estar tomando siempre medicina y la enfermedad va a estar controlada, estando bien mientras el fármaco haga su función. Nuestro objetivo es que además de controlada la enfermedad, el paciente tenga calidad de vida. Sabemos que después de un tiempo, tendremos que hacer cambios, pues las células empiezan a ser resistentes al medicamento, razón por la cual los chequeos constantes y de forma disciplinada son indispensables.
Lo asombroso de este nuevo tratamiento, es que además de extender el tiempo de vida, brinda calidad a la misma, al punto que quienes lo están utilizando, no tienen ninguna manifestación de estar enfermos y menos con un padecimiento tan serio como es un cáncer, ya que su estado funcional es muy bueno y llevan su día a día de una manera normal.
Estos medicamentos no provocan efectos secundarios. Por ejemplo, en el caso específico de los riñones, pues son metabolizados en el hígado y no a nivel renal.
Tomando en cuenta que el riñón no está funcionando al ciento por ciento por el tumor que existe, lo que hace es permitir atacar ese tumor y dejar que trabaje y le ayude el otro riñón(el sano) evitando así la falla renal.
Los invitamos a leer la parte III de este interesante artículo y ser parte de quienes vamos a contribuir a que más personas conozcan que el cáncer de riñón y de vejiga también existe y está cobrando muchas vidas.