El envejecimiento es algo natural en todas las especies, una vez que la capacidad reproductiva ha finalizado, pero este está altamente desacreditado en la sociedad. Así que el retrasar y prevenir el envejecimiento de la piel es el objetivo de la mayoría de las formas cosmeceúticas. La hidratación y la integridad de la barrera epidérmica (piel) son imprescindibles para obtener una piel sana.
Con la dermocosmética y las cremas antiarrugas, no podemos detener el reloj biológico ni hacer milagros, pero sí mejorar nuestro aspecto, haciéndonos sentir mejor. Se sabe que la mejor prevención y la mejor crema antiarrugas que existe, es el uso frecuente del fotoprotector (protector solar), para que nos proteja de la luz ultravioleta A, y contrarreste el efecto de la luz UV sobre el envejecimiento. Es muy importante, elegir productos que tengan como principios activos retinoides y/o antioxidantes, como rejuvenecedores. De igual manera con estos, son importantes los hidratantes que pueden restaurar la barrera cutánea (piel).
La exposición acumulativa al sol se sabe que tiene un importante rol en el aparecimiento de los signos de foto envejecimiento, a lo cual se le superponen el proceso intrínseco de envejecimiento cronológico de la piel. La piel naturalmente envejecida es delgada, frágil y con arrugas finas, pero la piel fotoenvejecida es gruesa, rugosa y con arrugas profundas, añadido la pigmentación moteada, lentigos solares, telangiectasias (pequeños vasos sanguíneos) y la pérdida de la elasticidad.
Para la hidratación en los productos cosméticos se incluye una sustancia con función oclusiva que impida la pérdida de agua, como la parafina o la dimeticona, o una función humectante como la glicerina; estas sustancias se consideran como vehículo que les permite la incorporación de otros activos con mayor poder antienvejecimiento los cuales son: antioxidantes tales como vitaminas A, B3, C y E; antioxidantes de origen vegetal, como los flavonoides: silimarina o la isoflavona de soya, picnogenol, extracto de granda, té verde, resveratrol; los asidos hidroxicinamidos: ácido ferúlico y ácido cafeico. Pero de todos, el ácido alltrans retinoico tiene el mejor efecto antienvejecimiento, este es un derivado de la vitamina A, también son el tazaroteno y el retinol, pero estos son veinte veces menos potentes.
Los antioxidantes en los cosméticos pueden proteger del daño oxidativo, que se ve asociado al envejecimiento, sin embargo, un sistema de entrega o vehículo inadecuado puede comprometer la efectividad o el efecto del antioxidante y de otros principios activos, como los son los retinoides, por ello, uno de los componentes fundamentales es el vehículo que transporta el principio activo.
Debemos elegir el más adecuado para nuestra piel y aquellos que no nos produzcan acné ni alergias, de ahí la importancia de consultar con un profesional antes de comprar una crema antiarrugas.
La exposición acumulativa al sol se sabe que tiene un importante rol en el aparecimiento de los signos de fotoenvejecimiento.
Contrarrestar radicales libres y reparación de daños en la piel es esencial en la prevención del envejecimiento, por lo que una dieta rica en antioxidantes nos va a dar un mejor aspecto cutáneo, además de promover longevidad saludable. Por lo que debe haber una combinación de alimentación adecuada y saludable con las cremas antiedad.
En lo que respecta a la alimentación hay que tener cuidado con la glicación, ya que está totalmente ligada al envejecimiento cutáneo, pues es evidente la influencia positiva de una dieta sana y de reducir la glicación de los alimentos durante su manipulación culinaria, al cocinarlos o conservarlos. La glicación es el resultado de la reacción del organismo a los azúcares, algo que se da cada vez más a causa de “malcomer”, y opera principalmente en la dermis: Las moléculas de glucosa (azúcar) presente en nuestra alimentación reaccionan con las estructuras moleculares proteicas, generando así una desorganización de la dermis. Por otro lado, la glicación engendra proteínas más grandes, denominadas “proteínas glicosiladas”, nefastas para el organismo, ya que el cuerpo no puede destruirlas. Con la edad, estas se acumulan en las células y terminan destruyendo el colágeno y la elastina que están en la dermis.
Todo esto se aplica también a la piel de los varones, ya que, pasada la pubertad, las hormonas sexuales masculinas hacen que en los hombres la piel sea más gruesa, con más pelos y más glándulas sebáceas que la de la mujer. Por ello es generalmente menos delicada que la femenina. Sin embargo, los riesgos de los rayos ultravioleta, de los radicales libres, y de padecer imperfecciones como comedones, arrugas y flacidez, son los mismos en ambos sexos. Los tratamientos como peelings, la administración de vitaminas, los elementos de relleno y la toxina son tan efectivos en los hombres, como en las mujeres, logrando corrección de las arrugas, con las cremas cosméticas una mejor hidratación y firmeza de la piel, así como una mayor protección frente a la radiación ultravioleta.
El envejecimiento comienza a los 20,
con disminución del espesor de la piel y el estrés provocado por la luz ultravioleta A. Con el paso del tiempo las líneas de expresión se transforman en arrugas visibles y la piel cambia su estructura, en la epidermis disminuye la velocidad de recambio celular, la piel se vuelve más fina y se pliega. En la dermis los fibroblastos sintetizan colágeno en menor cantidad y calidad. Las fibras de colágeno y elastina, que proporcionan sostén y elasticidad, se vuelven más compactas y afectan al agua retenida. La piel está menos hidratada. En la unión dermoepidérmica, los queratinocitos pierden su adhesión a la membrana basal de la epidermis y se pierde firmeza e irrigación celular.
El perfil de los 30 años consiste en preocupación por la edad,
y es donde se puede hacer una prevención e intervención temprana ya que a mediados de los 30 puede haber un envejecimiento precoz, y al final de los 30 con los hijos, el cansancio, el estrés por otro tipo de compromisos.
Debemos tomar en cuenta que se acerca un cambio de década. Inicialmente arrugas sólo son evidentes en movimiento, seguido de periorbiculares (patas de gallo), hay cierta pérdida de elasticidad, cambios de pigmentación y lentigos solares que son como pecas que no se quitan, aparecen pequeños vasitos llamados telangiectasia, inicia la pérdida y/o redistribución de grasa de la cara alrededor de ojos, frente, pómulos y malares. Las opciones de tratamientos son: luz intensa pulsada, peelings superficiales, toxina botulínica, todo combinado con el tratamiento con retinoides tópicos, suaves en cremas medicadas o cosméticas, cremas antioxidantes en casa y protector solar a diario, todo esto en un vehículo apropiado para cada tipo de piel.
Entre los cambios en la década de los 40 a 50,
podemos mencionar: engrosamiento cutáneo, rugosidades evidentes, lentigos, telangiectasias, las arrugas pasan a estáticas, cambios de volumen facial y el perfil en la arquitectura ósea.
Las opciones de tratamientos son: retinoides tópicos, luz intensa pulsada, laser fraccionado, peelings medios, toxina botulínica, restaurar volúmenes con rellenos, voluminizar labios, en algunas personas puede ser opción la cirugía, todas estas opciones siempre combinadas con el mantenimiento a través de cremas medicadas con retinoides y cosméticas, que son mejor toleradas por las concentraciones antioxidantes y protector solar.
Los cambios en la década de los 60:
aparecen lentigos abundantes, puede haber lesiones precancerosas, aumento del grosor cutáneo, alopecia, rosácea, alteraciones postmenopáusicas.
Los cambios en la edad de los 70:
persiste la pérdida de volumen, hay atrofia de la grasa, más perdida de la masa ósea, aumento de flacidez, alopecia y miniaturización y purpura (manchas como moretes).
Comprendiendo que en todas las edades debe haber uso de un cosmético ideal recomendado por un profesional, siempre tomemos en cuenta que sus características deben ser:
- Eficacia científica demostrada.
- Resultados inmediatos y duraderos.
- Escasos efectos secundarios.
- Prevención.
- Beneficios sobre la textura, pigmentación, volumen y elasticidad.
Se recomienda al consumidor la compra de cremas antiarrugas, que dispongan al menos dos test dermatológicos y que hayan sido clínicamente probadas. Las cremas antiarrugas pretenden devolver a la piel el grado de hidratación normal, textura, flexibilidad, mejorar la pigmentación y firmeza. Un buen protector solar que proteja, tanto luz ultravioleta B, como A, que esta última es la que se asocia con fotoenvejecimiento y es capaz de atravesar los vidrios. Para aumentar la eficacia de las cremas antiarrugas, los laboratorios usan los últimos avances en tecnología, buscando vehículos que permitan a los principios activos penetrar mejor en la piel. Se utilizan:
- Nanoesferas: cápsulas redondas que se encargan de transportar diversas sustancias a través del organismo humano.
- Tensioactivos: envoltorio del que están formadas las nanoesferas, que se usan para combatir el envejecimiento.
- Liposomas: nanopartículas (partículas cuyo tamaño es menor que una célula) recubierta por una especie de bolsa usada para tratamientos antiarrugas. Los liposomas al ser vesículas lipídicas estructuradas en bicapas, parecidas a las membranas biológicas, les hace ser vehículos óptimos para transportar principios activos a su lugar de acción.
Toda esta información, sumada a la actitud ante el envejecimiento normal y natural en el ser humano, nos hará lucir una belleza radiante, con un rostro y sonrisas llenas de experiencia, felicidad y satisfacción.