Partiendo de este contexto, surge la necesidad que cualquier atención dirigida hacia personas adultas mayores sea con un enfoque gerontológico, de esta manera se logra visualizar con más amplitud los intereses, necesidades y problemática de este sector poblacional de forma individualizada, considerando que en el proceso de envejecimiento influyen aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
Gerontología y personas adultas mayores
Por lo tanto al llegar a la etapa de la vejez, las personas no son iguales ya que los aspectos descritos los convierten en personas diferentes con sus propias características y especificidades. Cabe mencionar que cuando se habla de la vejez se hace referencia a la última etapa de vida del ser humano y que la misma se construye socialmente debido a que se pone como referencia una edad cronológica.
En lo relacionado a la prestación de servicios de atención en salud, ya sea en el ámbito público o privado, es fundamental que dentro de la estructura de los programas dirigidos a personas adultas mayores, incluyan un área gerontológica.
Esta será la encargada de ir dando la pauta de una coordinación interdisciplinaria, donde la atención sea centrada en la persona precisamente de acuerdo a sus particularidades, y no únicamente se dé desde la visión de primera mano como aquellas personas que asisten por una afección de salud, enfermas o porque por el nivel de esperanza de vida es mínimo no merecen más que un servicio asistencialista, un área con esta perspectiva hace la diferencia en cuanto al trato humano que debe brindarse a este grupo poblacional.
Los sistemas de salud prestadores desde la perspectiva gerontológica en sus planificaciones hacen énfasis en la prevención y promoción de la salud, puesto que aquí surge el tema relacionado con el autocuidado de las personas adultas mayores base fundamental para incidir en la autonomía relacionada con la capacidad por valerse por sí mismos, tomar sus propias decisiones y por consiguiente en la independencia relativa al plan de su propia vida.
En los servicios tradicionales la percepción del autocuidado es diferente, su aplicación se orienta a las enfermedades y no en sí a la persona adulta mayor, si bien es cierto las patologías instaladas en ellos sea un referente a considerar en la planificación de esta clase de programas, las mismas no pueden ser determinantes en la orientación que se debe generar en cuanto a la preservar la salud o al adecuado manejo de enfermedades instaladas, pues el objetivo específico del autocuidado es permitir la mayor funcionalidad de la persona mayor en las actividades relacionadas con la vida diaria.
Los profesionales con conocimientos gerontológicos conocen muy bien que el aprendizaje de autocuidado que debe generarse en las personas adultas mayores, es el orientado a conductas sobre salud física, mental, social y espiritual; respecto a la salud física, la persona adulta mayor aprenderá sobre la importancia de preservarla ejerciendo cuidados generales en todo el cuerpo, el adecuado manejo de los medicamentos, si ya es necesaria su aplicación, la importancia del envejecimiento activo relacionado con la actividad física, relaciones sociales, actividades culturales y recreativas.
Sobre la salud mental la enseñanza es para que se genere en ellos la resiliencia, ya que esta manera puede afianzar su capacidad para aceptar cambios que surgen en la etapa de la vejez, en su entorno familiar, social o comunitario.
Procurar que una persona mayor sea resiliente es ayudarle a descubrir aquellas reservas de fortaleza que como seres humanos se tienen para soportar las diversidad de situaciones difíciles que se van presentando por causas que sin que sea la voluntad de ellos se salen de su control.
En referencia a lo espiritual, un área que casi siempre se deja de abordar y para las personas adultas mayores es de muchísimo valor, su orientación tiene que dirigirse a las necesidades elementales como ser humano, valores éticos, respeto a credos religiosos, realización de actividades solidarias con el involucramiento de la familia primordialmente, generación de espacios donde puedan dar respuestas a muchas cuestionamientos sobre la última etapa de la vida.
Entender que en nuestro país es necesario que se dé a conocer el rol importante que tiene la Gerontología en la atención de las personas mayores es vital, ya que conforme este grupo poblacional crezca, la demanda de una atención integral que facilite un envejecimiento activo irá en aumento.
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Licda. Teresa Maldonado Mérida
MSc. Gestión de Sistemas de Salud