La escabiosis, también conocida como sarna, es causada por un pequeño ácaro que se esconde debajo de la piel. La transmisión es fácil en ambientes cercanos. Esto quiere decir que generalmente cuando tenemos un enfermo en casa otros miembros de la familia también estarán afectados. Entre niños que duermen en una misma cama o que tienen contacto físico cotidianamente es fácil que se propague. Los síntomas son variables, pero menciono los más comunes:
- picazón intensa,
- enrojecimiento de la piel,
- pequeñas protuberancias o ampollas.
Afortunadamente la Escabiosis es tratable. El tratamiento debe ser personalizado según la edad y el grado de afectación. Por lo general, se recetan cremas o lociones como tratamiento y también para evitar la propagación. Es importante consultar a un pediatra para un diagnóstico y tratamiento adecuado. Recordemos que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano, pero también sumamente delicado, ya que ninguna piel es igual a otra y hay detalles propios en cada uno, que deben ser tomados en cuenta antes de aplicar algo sobre la misma. También existe medicamento en tabletas, sin embargo, tanto uno como el otro deben ser recetados por un profesional de la salud, nunca automedicarse, puede traer complicaciones serias.
Para prevenir que nuestros niños presenten escabiosis es importante el lavado de ropa y sábanas, así como la renovación de almohadas cada cierto tiempo, de igual manera el cambio de los colchones de las camas. Además de evitar el contacto cercano con personas infectadas, esto es un poco complicado, primero porque no siempre se tiene conocimiento de que alguien está infectado y segundo, porque es un tema muy sensible, pero la salud de nuestros niños no es negociable y debemos actuar con prontitud, de forma respetuosa pero directa.
Como toda enfermedad cutánea, con el tiempo y si se deja avanzar, se evidencia, lo cual además de las molestias físicas que ya mencioné , puede causar problemas emocionales en los niños, recordemos que estos dicen lo que piensan y sienten sin limitaciones, muchas veces de manera cruel, por lo que tenemos que ser muy cuidadosos y atentos a lo que pasa con nuestros pequeños.
El resguardo, la higiene, la responsabilidad del bienestar de los niños, no es negociable, dependen de nosotros los adultos y desde pequeños debemos fomentar en ellos el amor propio, reflejado en la atención y cuidados que brindamos a lo más preciado de todo ser humano: la salud.