El diagnóstico de la Enfermedad Renal Crónica, inicialmente se hace a través de exámenes de laboratorio, para verificar los niveles de algunos valores que nos indicarán si existe daño renal.
Entre estos podemos mencionar:
Valor de creatinina basal, comparándolo tres meses posteriormente, para verificar si existe daño a través de la línea de tiempo.
Algunos métodos indirectos como:
- La medición de proteína en orina; si hay proteína, hay daño en los riñones que viene de tiempo atrás.
- El sedimento urinario es también sumamente importante verificar cómo se encuentra.
- A través de estudios de imagen, como el ultrasonido renal, que nos indica el tamaño de los riñones, la naturaleza anatómica renal y si hay cambios en la corteza del riñón.
El método directo es a través de una biopsia renal, que tienen sus pro y contras, razón por la cual no se les practica a todos los pacientes con ERC, pues el riesgo beneficio es muy elevado, ya que, al practicarle una biopsia a un riñón muy pequeño, la información que nos da es que existe esclerosis, algo que ya sabemos y para esto es necesario someter al paciente a un riesgo muy importante. La información que nos va a dar una biopsia en un riñón con un daño irreversible es de poco aporte.
Los métodos de diagnóstico iniciales se basan en determinar la función de la creatinina del nitrógeno de urea, calcular la taza de filtrado glomerular, confirmar si hay proteínas en la orina, se complementa con un ultrasonido renal, verificando los niveles de calcio, fosforo y hemoglobina, ya que estos son resultados que se alteran al existir una enfermedad renal crónica establecida.
Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad renal crónica se basa en tres pilares fundamentales:
Tratamiento médico
Este se orienta a corregir todos los síntomas que se desencadenan tras la pérdida de la función del riñón, como:
- Anemia: en un riñón enfermo, no hay producción de eritropoyetina, provocando la misma.
- No hay activación de vitamina D, por lo que no hay absorción de calcio, y se altera el metabolismo del calcio y el fósforo.
- Retención de toxinas, lo cual mantiene en toxicidad el organismo.
- Hay hipervolemia, porque no hay un adecuado equilibrio de eliminación o reabsorción de volumen, hay acidosis metabólica y alteraciones de la presión arterial.
El tratamiento médico se basa en darle al paciente los medicamentos que buscan sustituir algunas de las alteraciones o deficiencias del riñón descritas anteriormente, con los respectivos fármacos y dosis adecuadas según las características propias de cada paciente.
Reemplazo Renal
El otro pilar importante, es la terapia de reemplazo renal, que son la hemodiálisis y la diálisis peritoneal, a través de las cuales se busca eliminar el exceso de líquido del organismo del paciente, y depurar las toxinas que se están reteniendo, debido a que el riñón ya no las está eliminando. Esto evita la Hipervolemia y el Síndrome Urémico.
Tratamiento no farmacológico
Este se lleva a cabo con la participación del paciente y su familia, consiste en llevar una dieta restringida, en la cual se evita todo aquello que el paciente no puede eliminar y se le acumula, como el fosforo, potasio y proteína de origen animal (carnes rojas). Por la severidad del cuadro clínico también se restringe el consumo de líquido, pues un paciente en hemodiálisis debe limitar el consumo de agua y sal, para no tener edema, adicional a esto, adaptarse al tratamiento médico y terapia de reemplazo renal.
Trasplante Renal
El trasplante renal es el tratamiento ideal, o lo más cercano a curar la enfermedad renal crónica.
La calidad de vida de un paciente con ERC mejora cuando se logra un trasplante, existen protocolos de trasplante, vivo relacionado, vivo no relacionado, trasplante cadavérico, en los cuales el órgano suple las deficiencias derivadas de la enfermedad, por lo que su calidad de vida mejora notoriamente. Lo más importante posteriormente a ser trasplantado, es el tratamiento inmunosupresor para que el sistema inmunológico no rechace el nuevo órgano. Si el paciente cuida y lleva sus controles, así como su tratamiento en orden, puede vivir hasta veinte años más después de ser trasplantado.
Complicaciones
Cuando los riñones dejan de cumplir con su función, el cuadro clínico en general se va complicando, mencionamos las más comunes:
- Anemia, si esta no se corrige puede desencadenar insuficiencia cardiaca, pues requiere que el corazón trabaje mucho más para mover la poca hemoglobina que tiene.
- Dimorfismo Óseo, alteraciones esqueléticas que llegan incluso a deformar el esqueleto.
- Acidosis metabólica con hipercalemia, es la elevación de potasio, puede llegar a ser fatal.
- Lo más temido es el Síndrome Urémico, se manifiesta cuando el nitrógeno de urea (toxinas) se eleva por arriba de 100 miligramos decilitro, el paciente inicia con un estado similar a estar envenenado, tiene vómitos, intolerancia vía oral, prurito y alteración conductual. Cuando el nitrógeno de urea llega a nivel cerebral, puede causarle la muerte, prácticamente por envenenamiento. La contraparte es el edema agudo de pulmón, que es cuando los pulmones están sobrecargados de líquido, debido a que el paciente ya no orina, provocándole la muerte, si no se resuelve de forma urgente.
Prevención
La ERC, puede ser prevenida desde la formación de nuestros niños, evitando:
- La desnutrición materno fetal
- Todo lo que sea nefrotóxico, como los medicamentos que no son recetados por un especialista, por ejemplo, antibióticos y/o medicamentos para el dolor
- La obesidad
- Mal control de la glucosa
- Mal control de la presión arterial
- El alcohol y el tabaco
- Infecciones urinarias
- La deshidratación
- Hidratarse de forma inadecuada, tanto en tiempo como en calidad de líquido.
- El sedentarismo
En casos especiales de pacientes con factores de riesgo identificados:
Al paciente con enfermedad renal poliquística; lo peor que le puede pasar es la deshidratación, pues provoca que le aumente la arginina vasopresina u hormona antidiurética, esta al retener líquido, agrava el tamaño de los quistes y deteriora la función de los riñones.
Niños con bajo peso al nacer, los padres deben estar atentos a practicarles un ultrasonido que, inicialmente permita confirmar que sí tienen los dos riñones y de qué tamaño están, sus pruebas de diagnóstico para verificar que todos sus niveles estén en orden.
Es importante no automedicarse, siempre consultar al médico, hay muchas personas que solo tienen un riñón y no lo saben, cuando estos deben cuidarse el doble. Los diabéticos, especialmente deben observar que no haya espuma en la orina. Los adultos mayores, sobre todo hombres con antecedentes de problemas prostáticos que orinan cada poco, son propensos a desencadenar deterioro de la función renal.
¡Nuestros riñones, son un filtro indispensable para que todo nuestro organismo funcione bien, cuidémoslos!