Recibir un diagnóstico de cáncer es un hecho estresante, ya que no solo se asocia la enfermedad con la muerte. Sino que presupone que la calidad de vida del paciente y su familia se verá gravemente afectada.
¿Por qué es importante estar informado del diagnóstico?
- Propicia una mejor adherencia a los diferentes tratamientos.
- Da lugar a que el paciente y familia aprendan estrategias para disminuir los efectos secundarios (tanto físicos, como psicológicos).
- Aumenta la autoestima cuando el paciente aprende a tener un grado de control sobre su enfermedad: Este es uno de los elementos fundamentales en la adaptación positiva a la enfermedad.
- En general mejora la calidad de vida.
- El estar informado es un derecho del paciente.
- A pesar de que la comunicación o la información de un diagnóstico de cáncer pueda ocasionar ansiedad al paciente, a medio y largo plazo. Favorece a una mejor adaptación a la enfermedad y a su nueva situación, tanto del paciente, como de su familia.
Cuando la familia no desea que el paciente sea informado, no es razón suficiente para no hacerlo. Es importante explicar a la familia que, a pesar de que ellos crean, que protegen al enfermo no diciéndole qué enfermedad padece, es muy conocido que el paciente tiene ya algo de información, algo en él anda mal. Las explicaciones incompletas, difusas, confusas e inadecuadas provocan mayor inseguridad, miedo, ansiedad, sentimientos de soledad y aislamiento del paciente, además de aumentar las probabilidades de que abandone el tratamiento médico.
Luego de recibir la noticia, es común pasar por diferentes fases:
- Una fase inicial, que se caracteriza por ser una respuesta de choque y desconcierto. Surgen reacciones de incredulidad, negación, sentimiento de desesperanza, donde se anticipa el dolor y la muerte.
- Otra fase intermedia, aparece un gran malestar e irritabilidad, con respuesta de ansiedad. Falta de apetito, insomnio, falta de concentración, disminución de la actividad cotidiana, preocupación por la familia. Supone una ruptura con la vida anterior, se pasa por un duelo.
- Y, por último, una fase de adaptación en donde la persona se adapta y acepta su nueva situación, se manifiesta más optimista y pone en marcha mecanismos de afrontamiento tal como, obtener información más exacta sobre su caso y le permite reorganizar su rutina diaria.
También aparecen otras reacciones emocionales con diferentes grados de intensidad que le ayudan o dificultan a la persona el proceso de aceptación y adaptación a la enfermedad. Algunas reacciones que pueden ser útiles son el enojo hacia la enfermedad, enojo generalizado, negación (temporal), llanto, miedo, ansiedad, esperanza realista y búsqueda de significado de la experiencia.
Algunas reacciones que pueden dificultar el proceso son la incredulidad, la culpa, la furia prolongada, hiperdependencia, búsqueda imposible de remedios milagrosos, etc.
Luego de haber “absorbido” la noticia, las personas ponen en marcha diferentes estrategias que le ayudarán a continuar con su adaptación y enfrentar la enfermedad. Para esto es importante tener presente el significado personal que tiene la enfermedad para cada uno ya que determinará la valoración de la misma y podrá tener respuestas como, ver la enfermedad como un reto, verla como una gran amenaza, como un daño o una pérdida, o bien se puede negar la enfermedad.
La mayor parte del sufrimiento que surge a partir de una enfermedad que amenaza la vida, son sentimientos de pérdida en todos los niveles de la experiencia humana.
Por sombría que pueda sentirse y percibirse la situación, siempre hay razón para sentir esperanza. Sabiendo que los cambios ocurren y la ansiedad y la ambivalencia pueden ocasionalmente perturbar la vida, también pueden liberarlo a tomar decisiones acerca de cómo se va a responder.
