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COVID-19, naturaleza y manejo de la pandemia

La actual pandemia de COVID-19 es, sin duda, uno de los mayores retos sanitarios y sociales que hemos experimentado en los últimos años.

A finales del 2019, el brote del nuevo coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), su facilidad de contagio y su rápida progresión de región en región, encendió las alarmas en todo el mundo.

SARS-CoV-2 es parte de la familia de los coronavirus, los cuales afectan frecuentemente las vías respiratorias y producen enfermedades de estas. Esta característica los hace más contagiosos, pues con la tos y los estornudos, se expulsan partículas que los contienen y pueden llegar a las personas que estén alrededor del infectado.

Manejo de la pandemia Covid-19

Además del contacto a través de la saliva y otras secreciones corporales, el coronavirus puede permanecer horas en el aire y en otras superficies, aumentado de esta manera el riesgo de contagio de manera indirecta, es decir, al contacto con dichas superficies como por ejemplo en espacios públicos. Por esta facilidad de contagio, las recomendaciones de protección personal compartidas por las autoridades sanitarias y profesionales de todo el mundo incluyen el uso de mascarillas cubrebocas y guantes; lavado constante de manos; y desinfección constante de superficies y elementos del entorno habitual.

Manejo de la pandemia Covid-19

También es fundamental tener en cuenta que, aunque una persona sea diagnosticada como negativa, no es inmune a la enfermedad, por lo que sigue estando en riesgo si no toma las precauciones necesarias previamente explicadas. Un comportamiento adecuado no requeriría una segunda prueba y permitiría un uso más eficiente de la capacidad hospitalaria, así como de los instrumentos e insumos necesarios para diagnosticar y tratar casos positivos, de tal manera que se pueda reconocer y tratar a la totalidad de pacientes.

Estas recomendaciones deben ir de la mano de medidas de distanciamiento social y cuarentena durante tiempos prudentes, porque aún estamos aprendiendo de la enfermedad. Como su aparición en los humanos es reciente, distintos equipos científicos en todo el mundo estamos estudiando 24/7 posibles tratamientos (especialmente para aquellos en estado más grave, que alcanzan a desarrollar neumonía u otras complicaciones respiratorias mucho más serias) y vacunas que contribuyan a crear inmunidad ante la enfermedad.

Sin embargo, mientras estas investigaciones continúan, alrededor del mundo los sistemas de salud y todo lo que incluyen (personal médico y auxiliar, equipos e infraestructura) están enfrentando enormes desafíos, que se suman a una capacidad ya limitada en algunas regiones, como América Latina. La actual pandemia nos demuestra que no estamos preparados para una crisis de salud pública de tal magnitud. Es necesario que los países fortalezcan sus sistemas de coordinación de esfuerzos y los protocolos de respuesta para entrenar a los profesionales de salud y educar a la población, de tal manera que se puedan contener enfermedades infecciosas y evitar de esta manera el colapso del sistema.

Manejo de la pandemia Covid-19

Sin embargo, debemos decir que no todo ha sido negativo. Esta situación ha evidenciado aún más la resiliencia, habilidad y compromiso de especialistas, auxiliares y personal de enfermería, por hacer todo lo posible para atender de la mejor manera a la mayor cantidad de pacientes. Así mismo, en distintas poblaciones, se ha demostrado una gran solidaridad por parte de sus habitantes y la conciencia social demostrada en el seguimiento de las medidas de distanciamiento social, ha sido esencial para disminuir la curva de contagio.

En adición, hemos visto grandes avances en el entendimiento de la enfermedad y por consecuencia sus opciones de tratamiento. Recientemente, en Baptist Health South Florida, tratamos exitosamente a los primeros tres pacientes COVID-19 de Estados Unidos, afectados por el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), con células madre mesenquimales de cordón umbilical. Mediante este procedimiento, se facilitó la regeneración de tejidos y se contribuyó a que los pacientes que estaban intubados en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), requirieran menos de un 50% de oxígeno médico después de la infusión, además de lograr una reducción en los niveles de marcadores inflamatorios claves circulantes.

Quisiera finalizar con un mensaje que nos incluye a todos: El COVID-19, dada su naturaleza, no desaparecerá de un momento a otro; por eso debemos tomar la nueva normalidad con calma. En algunos países, se trabaja en levantar gradualmente las medidas de distanciamiento social, pero los resultados de estas acciones dependen de cada uno de nosotros. Debemos continuar protegiéndonos los unos a los otros, con conductas de higiene como las ya expresadas, para evitar a toda costa un resurgimiento igual o más poderoso de la enfermedad.

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