El cáncer renal y cáncer de vejiga se incluyen dentro de las enfermedades urológicas. El cáncer en general es consecuencia de un crecimiento desordenado de las células, estableciéndose en diferentes áreas del cuerpo (en este caso en riñón y vejiga). Estas células generan su propio sistema vascular, desarrollando señales para un rápido y descontrolado crecimiento con expresiones que evitan sean atacadas por nuestro propio sistema de defensa (inmunológico), lo cual las convierte en resistentes. Es la razón por la cual, el organismo, no las identifica como dañinas o ajenas, permitiéndoles que se desarrollen y dispersen.
Síntomas
Personalmente les llamo cánceres silenciosos, porque presentan síntomas que pueden ser confundidos o, no nos orientan a pensar que tenemos una enfermedad maligna. Se confunden con síntomas de patologías comunes como, infecciones de orina, por ejemplo. El cáncer de vejiga provoca sangrado en la orina, incontinencia urinaria, dolor en el momento de la micción, generalmente estos se asocian también a una infección, por lo que casi siempre el paciente empieza un tratamiento con el fin de atacar otras enfermedades, dejando por último la sospecha de que sea cáncer.
También es muy fácil que lo confundan con problemas prostáticos, sobre todo cuando el paciente es un adulto mayor, ya que su condición sugiere que son padecimientos propios de la edad.
No es fácil identificarlo, se necesitan estudios de imagen, determinarlo por una cistoscopía y tomar una biopsia.
El cáncer renal también provoca confusión y dificultad para ser diagnosticado oportunamente, puede ser confundido con cálculos, ya que se presenta sangrado en la orina, dolor en espalda baja, pérdida de peso y cansancio, este último, es una característica propia del paciente con cáncer renal.
¿A qué edad y cuál género es el más afectado?
El cáncer renal es más frecuente en los varones, se dice que el 2% de la población masculina lo puede presentar, el rango de edad en que suele aparecer oscila entre los 50 a 75 años.
En cáncer de vejiga, la media de edad que se ve más afectada es de 60 a 75 años, al igual que el cáncer de riñón, es más frecuente en los varones.
No existe una causa especifica por la cual se considere que ambos tipos de cáncer se desarrollen más en los hombres, esto tampoco significa que las mujeres no puedan padecerlo. Hoy, no hay una respuesta del por qué. Es la razón por la cual, como siempre, la mejor forma de prevenirlos es practicándose un chequeo cada año y, al observar problemas urinarios recurrentes y persistentes, hacer estudios de diagnóstico más a detalle. Siempre un hallazgo temprano va a permitir un mejor tratamiento y calidad de vida.
Causas
Una de las principales causas en cáncer de vejiga es el tabaco (47%), este tiene una alta incidencia, es frecuente asociar el tabaco solamente a cáncer de pulmón, pero una característica común en los pacientes con este diagnóstico es que son fumadores, por lo que es considerado un factor de alto riesgo. El sedentarismo, la mala alimentación y el contacto con sustancias químicas, también predisponen a los pacientes.
En cáncer de riñón las causas son las mismas, lo que llama la atención en este específicamente, es que ahora frecuentemente lo encontramos en pacientes más jóvenes, estamos hablando de pacientes entre 25 y 35 años.
Factores de riesgo
Definitivamente los hereditarios. Es muy importante conocer nuestro árbol genealógico y saber los antecedentes familiares que existen, todo tipo de enfermedades oncológicas pueden tener un factor hereditario que nos predispone a desarrollarlos.
Las personas que tienen familiares con cáncer de vejiga tienen un mayor riesgo de padecer este cáncer. A veces esto se debe, a que los miembros de la familia están expuestos a los mismos productos químicos causantes de cáncer (como los del humo de tabaco). Además, puede que ellos compartan cambios en algunos genes (como GST y NAT) que hacen más difícil que el cuerpo descomponga ciertas toxinas, lo cual puede provocar que sean más propensos a padecerlo.
Se cree que al menos el 5% de los carcinomas renales tiene base hereditaria.
Una alimentación llena de preservantes, definitivamente no es la mejor alimentación, nos pone en riesgo de padecer, no solo este tipo de enfermedades malignas sino muchas más.
El sedentarismo (falta de actividad física), no realizar ejercicio. Las radiaciones a nuestro alrededor, que cada vez son más.
Infecciones urinarias a repetición, que regularmente no son tratadas correctamente.
En la segunda parte de este artículo vamos a hablar acerca de otros detalles importantes de conocer, tales como: diagnóstico, tratamiento, complicaciones y prevención. No dejen de leerlo y recuerden en todo momento que,” los únicos que podemos cuidar de nuestro cuerpo (salud física y mental) somos nosotros y de esto depende el desarrollo de muchas de estas enfermedades”.