Para el diagnóstico de cáncer de próstata, en Guatemala, contamos con la opción de desarrollar estudios de imagen menos invasivos, como, por ejemplo, una resonancia magnética de próstata que puede ayudar a detectar oportunamente un cáncer. Este diagnóstico, debe hacerse teniendo previo, el análisis histopatológico de tejido a través de una biopsia, esta es fundamental practicarla en el paciente que se sospecha pueda tener cáncer.
Es importante mencionar que la presencia de crecimiento prostático o el antecedente de cuadros de proceso inflamatorio denominado prostatitis, no tienen ninguna relación en el desarrollo de cáncer de próstata. Son patologías que, aunque afectan la próstata no tienen relación alguna. Un paciente puede tener crecimiento prostático importante con próstatas voluminosas de 15 a 200 centímetros cúbicos y no tener cáncer de próstata y, podemos tener pacientes con próstatas pequeñas de 25 a 35, gramos que desarrollan cáncer de próstata por factores de tipo hereditario, factores alimenticios o raciales.
Tratamiento
El tratamiento del cáncer de próstata se va a diferenciar, dependiendo del estadío clínico en que lo identifiquemos.
La etapa inicial o diagnóstico temprano de la enfermedad, garantiza de cierta forma que podamos curar por completo al paciente.
Para identificar la idea de forma más gráfica, imaginemos la próstata como una naranja, en la parte externa está la cáscara y en la parte de adentro la pulpa, si encontramos un cáncer que aún está dentro de la pulpa, esto es un cáncer localizado, esto significa que el tumor está dentro de la próstata, aún no ha salido de esta, por lo que no se ha extendido a otros tejidos. Entonces al practicar una cirugía como la prostatectomía radical, que es una cirugía donde extirpamos totalmente la glándula (próstata) y hacemos una reconstrucción de la vía urinaria, juntando el cuello de la vejiga con la uretra, podemos garantizar al paciente que hemos quitado totalmente la próstata y por consiguiente eliminado el tumor maligno que le afectaba.
También hay situaciones donde ya tenemos una enfermedad localmente avanzada, esto significa que es un tumor que se ha salido de la próstata y que ha invadido los tejidos cercanos a ella, pero no más allá de esta zona, por lo que, no hay lesiones a distancia. En este caso podemos ofrecerle al paciente radioterapia, e incluso, romonoterapia, en donde lo que pretendemos es disminuir de forma considerable la producción de testosterona, al hacer esto, logramos que la célula maligna no tenga de donde alimentarse, entonces se procede a utilizar la radioterapia, aprovechando que la célula maligna esta debilitada, y así, lograr mejores resultados.
También hay tratamientos en la etapa avanzada o metastásica, en donde muy poco podemos hacer como tratamiento curativo, generalmente en las etapas avanzadas de la enfermedad son tratamientos denominados paliativos, porque no se pretende curar la enfermedad, sino evitar que avance y que no haya complicaciones importantes que se derivan de la enfermedad como tal, por ejemplo, fracturas patológicas, el cáncer de próstata tiene la capacidad de enviar lesiones a distancia y afectar los huesos largos del cuerpo humano, también los huesos de la columna vertebral y la pelvis. En algún momento en estos huesos largos, que pueden ser el fémur, el húmero, o alguna costilla, el paciente puede presentar alguna fractura al realizar un movimiento mínimo y rutinario, como subir una grada o agacharse.
Todos estos tratamientos en la etapa avanzada de la enfermedad lo que lograrán, es aumentar el tiempo de sobre vida del paciente, con una adecuada calidad de vida.
Consecuencias y complicaciones
Cuando un paciente es sometido a un tratamiento hormonal, cambiaran muchas de las características propias del varón. La disminución de la testosterona hará que el paciente pierda estatura, acumulará mas grasa en la región abdominal, aumentando la circunferencia alrededor de la cintura y, presentará un envejecimiento más acelerado. Este es el mismo fenómeno que se da con la andropausia, período que obligadamente todos los hombres debemos atravesar con el envejecimiento. Un tratamiento hormonal para controlar el cáncer de próstata es introducir a un paciente en un estado de andropausia de forma acelerada.
Prevención
Lamentablemente no hay mucho por hacer. Si quisiéramos cambiar la línea de desarrollo de cáncer de próstata, podemos mejorar la alimentación a través de una dieta balanceada evitando las grasas saturadas, incluyendo más vegetales y menos carne roja. Esto, pudiera ser una de las mejores alternativas que tenemos para prevenir el cáncer de próstata. Debemos tener claro que, la utilización de plantas mágicas o medicamentos populares, no nos van a ayudar absolutamente en nada. La forma más adecuada de prevenir el cáncer de próstata como tal, es su detección oportuna y temprana.
Es indispensable entender, la importancia e impacto que tiene esta enfermedad en la vida de los varones, por lo que asistir al urólogo de forma anual, es la mejor manera de protegernos, para así tratarlo y curarlo.
Mensaje final
Los varones debemos hacer hincapié en nuestra salud y poner atención en las enfermedades que nos afectan después de los 40 años, seamos espejo de lo que las mujeres hacen para prevenir los diferentes tipos de cáncer que han cobrado tantas vidas a nivel mundial. Es preocupante que aún el tacto rectal sea un tabú, y la razón por la cual los varones no quieren recurrir a una consulta urológica, argumentando sentirse agredidos en su masculinidad, la masculinidad va más allá de un examen médico que puede salvar tantas vidas. Debemos ser el ejemplo de un género que valora, respeta y antepone su bienestar, sembrando esta cultura preventiva desde ya, en las futuras generaciones.
Leer la primera parte: Cáncer de Próstata, lo que todos debemos saber