Homenaje a Yahaira Tubac, pentagrama de sentimientos musicales
Fue una noche de conferencia de prensa en la que no sabes qué es lo que habrá de sorpresa, hasta que estás frente a la sorpresa, en este caso era una maravillosa niña con traje típico de su pueblo, colorido y alegre como ella engalanada por su auténtica sonrisa.
Cuando la presentaron dijeron lo acostumbrado, pero es algo simpático cuando escuchas lo que es y puedes comprobar lo que realmente es; esa niña sonriente y fresca, cuando se acercó al piano, me llamó la atención porque acomodó primero a su muñeca cerca de ella, pero de tal forma que parecía que estaba sentada mirando lo que hacía y, como lo que sucede en una orquesta, era la que le guiaba o simplemente le daba ánimo para que se inspire, me pareció la musa de un poeta porque al ver o sentir llega la inspiración, a ella le llegaba las notas musicales como una avalancha, dando forma a la pieza musical, me pareció fantástico.
Su música le llega a cualquier mortal, porque es un pentagrama que está en el alma de todos los seres humanos, y ella solo nos dio una muestra de lo que puede sacarle al sentimiento en un derroche de alegría para ejecutar la música, que la envuelve y transpira por cada poro de su cuerpo; todo lo visto solo puede enmarcarse en un poema porque la música es creación y ella era eso.
Tu cuerpo pequeño de estatura brillante impregnada de arte que vibra en tu sangre; inocencia de niña preñada de música y encanto que hace que el alma se incline a escucharte.
Tus mágicas manos deleitan si el piano acaricias dispuestas y dóciles para interpretar tus instintos, invadiendo tus venas convertidas en dulce alegría que se armonizan en tus dedos alegrando el oído.
Atenta tu esbelta muñeca te acompaña en silencio y te venera sin decirte porque eres su ángel,
porque das forma a la música como niña que juega tejiendo un pentagrama que se ajuste a tu talle.
No hay barreras ni palabras que igualen tu empeño, esa explosión de emociones que Dios te ha regalado, para convertirte en grande entre los grandes intérpretes, porque tienes el corazón y la piel bañados de música.
Probablemente lo que elimina el entusiasmo es que llegó la hora que termine su actuación y se incorpore para irse, levantó la mano para despedirse de todos, felicitaciones, es una gran intérprete de la música.
Es encomiable ratificar que la música es universal porque no distingue la riqueza de la pobreza, la vestimenta o de la latitud de nacimiento, aprendimos que quien la interpreta, debe tener como herramientas de trabajo el entusiasmo, perseverancia y sencillez, lo que alegra el oído y el reconocimiento de los asistentes.
Guatemala, 17 de agosto de 2017
René Fonseca Borja, Ecuador