NOTA DEL AUTOR:
El presente artículo es de carácter estrictamente informativo, basado en reportes médicos de prestigio y experiencia personal. El mejor consejero será siempre el médico pediatra.
Los datos estadísticos son publicaciones de estudios en los Estados Unidos, exceptuando los del Ministerio de Salud Pública de Guatemala, ambos aparecen en la referencia.
Introducción
El sobrepeso y la obesidad infantil se han convertido en un problema de salud pública en los últimos años, de particular importancia porque los pacientes, niños y adolescentes, así como los padres o cuidadores, no lo identifican como tal, sin embargo, en las últimas décadas han aumentado hasta tres y cuatro veces las estadísticas.
En nuestro país, según los datos de la última encuesta del Ministerio de Salud Pública, el 40% de menores entre los 7-11 años y los adolescentes entre los 13-15 años, están en el 29.4% de sobrepeso y 8.4% con obesidad, así como para mayores de 18 años con 38.4% de sobrepeso y 28.8% con obesidad, quiere decir que alrededor del 79% de los menores de edad tienen problemas de sobrepeso y los mayores de edad el 67.2% en condiciones similares (visita: 26 febrero 2024 https://guatemala.gob.gt/las-4-acciones-contra-la-obesidad-y-sobrepeso-impulsadas-en-la-politica-nacional-de-seguridad-alimentaria-y-nutricional/).
Aunque no existe datos actualizados, se hace notar que gran parte de la población joven tiene problemas de sobrepeso y acumulación de grasa en el abdomen o cintura, quiere decir que, el inicio de la obesidad sucede en la niñez y aún antes del nacimiento y embarazo. Reporte de datos en los Estados Unidos revela que, cerca de 14.4 millones de niños y adolescentes tienen obesidad, cifra que va en aumento.
Definamos Sobrepeso y Obesidad
En términos generales, es un acumulo excesivo de grasa acorde al peso, talla, edad y sexo. Para su clasificación se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC o BMI en inglés) que dependerá del peso y talla del paciente, esta medición aplicable a mayores de 2 años, para menores de esta edad existen otras escalas. El sobrepeso según el IMC es cuando el paciente está en el 85 percentil o más y la obesidad por arriba del 95 percentil según edad y sexo. El IMC tiene también un alto valor predictivo de complicaciones a largo plazo, luego describiremos algunas.
El sobrepeso, pero sobre todo la obesidad, ya se define como una enfermedad inflamatoria crónica que provoca alteraciones anatómicas, fisiológicas, sistema inmune y metabólicas, todas estas afectan de manera negativa la salud física y mental del niño o adolescente, como consecuencia de una regulación anormal de la energía. Hay, de hecho, una propuesta para clasificar al paciente como niño con obesidad o paciente afectado con obesidad sugiriendo que es una enfermedad crónica.
¿Cuál es el comportamiento de la población? ¿Cuáles pueden ser los factores que provocan el sobrepeso y la obesidad infantil?
El aumento de pacientes pediátricos con sobrepeso y obesidad está sucediendo a nivel mundial, los factores de la enfermedad son múltiples, que van desde el aporte genético en la familia hasta la exposición a un ambiente obesogénico: antes de la concepción, durante el embarazo de la madre, en la niñez llegando a la adolescencia, donde se crea un ambiente intergeneracional, un círculo de riesgos de obesidad.
Por ejemplo, durante el embarazo la madre con sobrepeso u obesidad al momento de la concepción tiene más probabilidades de ganar exceso de peso gestacional, desarrollar diabetes mellitus y trastornos con la presión arterial, resolver el parto por cesárea y tener un feto grande o prematuro, éstos últimos pueden incrementar el riesgo de obesidad, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Específicamente se describe que, recién nacidos con peso menor a los 2500 gr. o mayores a 4000 gr., tienen un elevado riesgo de obesidad.
Por todo esto, la nutrición materna es crucial para la programación de factores de riesgo, la obesidad materna es uno de los mayores y más fuertes predictores para tener niños con obesidad, diabéticos, vale mencionar que el fumar también predispone.
El desarrollar diabetes durante el embarazo, predispone a tener hijos con acumulación de grasa y aumento en el índice de masa corporal, la llamada transmisión intergeneracional de adiposidad, proveniente también de ambos padres.
Esto indica que, el período fetal y los primeros 2 años de vida son etapas críticas para la programación metabólica de obesidad. El exceso de adiposidad materna programa el tener niños más vulnerables, según las fuentes consultadas el mecanismo aún no está claro pero sí estadísticamente demostrado. Aquí se hace importante el control de niño sano comparando con curvas de crecimiento en los primeros meses de vida hasta los 5 y 10 años, donde puede detectarse la obesidad.
Otro factor importante son los hábitos alimenticios de los padres o cuidadores, comidas con elevada cantidad de calorías, bajo consumo de frutas y vegetales, el momento de inicio de la alimentación complementaria, el forzar o restringir alimentos, ser permisivos sin imponer límites, no dedicar el tiempo necesario para reconocer cuando el niño tiene hambre o esta saciado, baja o nula actividad física, excesivo tiempo invertido en pantalla azul, hasta las horas sueño, todos estos factores asociados con la obesidad. Cabe mencionar que la disminución en las horas sueño nocturnas, está ligado con el problema de peso, en donde hay una regulación anormal de la glucosa y un incremento en el apetito.
Cada una de estas situaciones predisponen al niño a tener exceso de peso y obesidad, sin embargo, cambios en el estilo de vida durante el embarazo de la madre pueden ayudar a disminuir los riesgos.
Durante el período de lactante, niñez y alrededor de los 7 años, la obesidad significativamente pronostica a un adulto obeso. En el período de adolescencia un IMC elevado aumenta el riesgo de problemas de las arterias coronarias en adulto joven.
En la edad escolar, otra etapa en la vida, los niños están expuestos al consumo de comida rápida, tienditas en las escuelas, jugos en cajita con exceso de azúcares, la presión publicitaria y el bajo costo de las chucherías, tienen influencia en la ganancia excesiva de peso.
El estilo de vida o dinámica familiar de los padres, en cuanto a sus hábitos alimenticios, volumen en porciones de comida y bebidas, horarios, preferencias en las comidas, actividad física tienen un efecto importante en el peso del niño.
En pocas ocasiones la obesidad tiene origen en trastornos hormonales o genéticos; en una de las fuentes consultadas, puede existir desde un 40 hasta un 70% de factor hereditario para el riesgo de obesidad.
Los invito a leer la segunda parte de este estudio, en donde abordaremos otros detalles importantes y urgentes de conocer acerca del sobrepeso y obesidad. No dejen de leerla, una población informada será siempre la mejor medida preventiva en salud.