Relevancia Médica tuvo la oportunidad de compartir con la Doctora, Sara Maritza Orellana Morales, Médico Pediatra y actual presidenta del LXIII Congreso Nacional de Medicina. El propósito de nuestro acercamiento fue conocer más sobre la razón del evento, y, como Covid-19, vino a dar un giro total al trabajo de los combatientes de la primera línea.
“A pesar de las actuales condiciones de salud a nivel mundial, el Congreso Nacional de Medicina, no ha dejado de realizarse, siendo este el segundo que se lleva a cabo de forma virtual, en busca no únicamente de mantener su tradición y constancia, sino sobre todo porque más que nunca, es indispensable y necesario que los médicos estemos actualizados y compartamos experiencias que enriquezcan la profesión.
Además de la gran responsabilidad que tenemos como ente rector, el deber como profesionales de la salud ante la población es un gran compromiso. Tampoco podemos dejar de lado, la obligación de la formación de las nuevas generaciones de médicos, que no puede quedarse estancada, teniendo que innovar y hacer de los nuevos profesionales, personas integralmente dispuestas, preparadas y empoderadas ante el compromiso por la vida, en un mundo lleno de incertidumbre y temor”, fueron las palabras de la Doctora Maritza Orellana Morales.
“La tecnología en la educación virtual y su impacto en la educación médica”, fue el slogan del congreso y se llevó a cabo del 22 al 26 de noviembre de 2021.
La razón de este slogan es porque, los alumnos de medicina sueñan con iniciar su trabajo a través de una práctica dentro de los hospitales, la sorpresa en este año fue que, ante la situación de salud, no pudieran realizarla, enfrentándonos a cambios de todo tipo y retos más allá incluso de nuestra capacidad, sobre todo por tener que adaptarnos a un sistema educativo de forma virtual, cuando nuestra preparación y atención es totalmente de contacto humano.
Estar de tres a cinco horas frente a una computadora, era por demás desgastante, improvisando a un inicio, sobre todo los maestros, fue una situación muy dura y frustrante, que requería de mucha empatía y paciencia, pues independientemente de que los jóvenes tienen más habilidad para el manejo de la tecnología, el no socializar y hacer un cambio tan repentino desequilibró el sistema.
Afortunadamente luego de un año tan lleno de contrastes, ya iniciamos las clases híbridas, buscando nivelar la preparación y conocimiento a través de una práctica real para los nuevos profesionales de la salud, de manera que, todo aquello que solo se pudo estudiar desde las casas y a través de una computadora, se complemente y refuerce.
El objetivo principal de cada congreso es la educación médica continua de sus agremiados, este año, 54 diferentes asociaciones de especialidades fueron invitadas a participar, se abarcaron temas de vanguardia y actualidad, no únicamente con relación a Covid-19, sino todos aquellos avances y nuevos descubrimientos que vienen a enriquecer el conocimiento de los participantes, en todas las áreas de la salud. Es importante tener presente en todo momento, que, aunque Covid-19 nos quitó el respiro, las demás enfermedades continúan y el mundo necesita galenos preparados y listos para combatirlas
Nos llena de satisfacción y un orgullo limpio, el ver el reconocimiento y valor que en el mundo entero nos dan a los médicos, es un gran compromiso, un deber irrenunciable, que hizo resurgir el anhelo sincero por hacer de nuestra profesión algo más que un juramento y un uniforme.
Decidimos también hacer homenajes a médicos que, con su ejemplo, nos entusiasmaron y motivaron para seguir luchando, aun cuando el temor nos invitaba a detenernos, ser médicos no nos exime de temer por nuestra vida.
Invito a todos los médicos guatemaltecos, a que nos unamos, a romper con los sistemas que nos limitan y condicionan, empezando por nosotros mismos, de manera que rescatemos el Colegio de Médicos, haciendo de nuestra participación una lucha que dignifique la vida y nuestra profesión”, concluyó la Doctora Orellana.