Entrevistamos al Dr. Ignacio Ansótegui, director médico ejecutivo y expresidente de la WAO, durante el evento CareMed Masterclass en Guatemala, para conocer su visión sobre el aumento de las alergias y el uso adecuado de antihistamínicos.

La epidemia de las alergias: ¿por qué esta creciendo?

En las últimas décadas, las enfermedades alérgicas se han convertido en una preocupación global creciente. De acuerdo con la Organización Mundial de la Alergia, la incidencia y prevalencia de estas patologías están aumentando en todo el mundo (Carlos Daniel Zapata Amaya). Mientras que años atrás las alergias eran consideradas poco comunes, hoy en día casi todas las personas experimentan algún tipo de reacción alérgica en algún momento de sus vidas. Este incremento no solo afecta a un grupo específico de personas, sino que está afectando a todos los ámbitos de la vida, desde la infancia hasta la adultez.

Dr. Ignacio Ansótegui

Director médico ejecutivo y expresidente de la Organización Mundial de Alergias (WAO)

¿Cuáles son los factores que contribuyen al aumento de las alergias?

Diversos factores pueden explicar este fenómeno, muchos de los cuales están estrechamente vinculados a cambios en nuestro estilo de vida y en el entorno que habitamos. A continuación, se presentan algunos de los principales elementos que podrían estar detrás de este aumento:

Estilo de vida moderno

Las dietas procesadas, el sedentarismo y el estrés constante son aspectos que, en conjunto, afectan la respuesta del sistema inmunológico. El estrés, en particular, es un factor que se ha vinculado con la exacerbación de síntomas alérgicos.

Contaminación ambiental

La exposición a productos químicos, contaminantes del aire, y otros elementos nocivos contribuye a que el sistema inmune se vuelva más sensible a diversos alérgenos.

Higiene excesiva

Algunos estudios sugieren que la «hipótesis de la higiene» juega un papel importante en el aumento de las alergias. Esta teoría nos dice que una exposición limitada a microorganismos durante los primeros años de vida debido a entornos excesivamente higiénicos impide que el sistema inmunológico desarrolle una tolerancia adecuada frente a los alérgenos.

¿Cuál es el verdadero impacto de esta condición
en la calidad de vida de quienes la padecen?

Las alergias no solo afectan la salud física, sino también la calidad de vida. Las personas que padecen estas condiciones pueden experimentar una disminución significativa de su bienestar:

Fracaso escolar:

Los niños alérgicos, especialmente aquellos de tipo respiratorio, pueden presentar dificultades para concentrarse en la escuela debido a los síntomas constantes, como congestión nasal o tos nocturna. Estas molestias interfieren con su descanso y atención, lo que puede reflejarse en un bajo rendimiento académico.

Presentismo en el trabajo:

El «presentismo» es un fenómeno donde los empleados asisten al trabajo pero no son productivos debido a sus síntomas alérgicos. Este problema está afectando la productividad de muchas empresas, especialmente en aquellos trabajadores que padecen alergias respiratorias o dermatitis.

Un problema de salud pública:

La Organización Mundial de la Alergia ha declarado que, si no se toman medidas preventivas en los próximos 15 años, más de la mitad de la población mundial sufrirá de alguna alergia en algún momento de sus vidas (Carlos Daniel Zapata Amaya).
Esto representa un desafío considerable para los sistemas de salud pública.

Como respuesta:

Como respuesta a esta creciente problemática, en Europa ya se están impulsando campañas que promueven cambios en la alimentación, el entorno y el estilo de vida, así como a fomentar el uso responsable de medicamentos para el control de los síntomas.

El efecto de la pandemia en las
alergias: ¿un respiro temporal?

La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en muchos aspectos de nuestra vida, y uno de los efectos más interesantes fue cómo afectó la prevalencia de las alergias. Durante el confinamiento, las personas pasaron más tiempo en casa, lo que resultó en una reducción de la exposición a ciertos alérgenos y, en algunos casos, un alivio temporal de los síntomas alérgicos.

Menos exposición a alérgenos

Una de las razones más destacadas por las cuales las alergias disminuyeron durante la pandemia fue la menor exposición a factores desencadenantes comunes. Las ciudades estaban menos contaminadas debido a la reducción del tráfico vehicular, y las personas pasaron menos tiempo al aire libre, lo que redujo la exposición al polen y otros alérgenos.

El impacto positivo de la higiene

Otro factor que ayudó a reducir los síntomas alérgicos fue el aumento en las prácticas de higiene. Durante la pandemia, la gente se volvió más consciente de la importancia de limpiar sus hogares y mantener una mejor higiene personal, lo que resultó en menos exposición a irritantes y alérgenos domésticos, como polvo y ácaros.

Vuelta a la normalidad

Sin embargo, conforme la pandemia llegó a su fin y las personas regresaron a sus rutinas previas, la incidencia de alergias ha vuelto a aumentar. Las ciudades han retomado su nivel habitual de contaminación y las personas han comenzado a pasar más tiempo fuera de casa, lo que ha traído consigo un aumento de los síntomas alérgicos en muchos pacientes.

Antihistamínicos:

¿Qué son y por qué son tan utilizados?

¿Cómo funcionan los antihistamínicos?

Los antihistamínicos bloquean los efectos de la histamina, una sustancia química producida por el cuerpo durante una reacción alérgica. Al inhibir la acción de la histamina, los antihistamínicos ayudan a reducir los síntomas de la alergia, como la picazón, los estornudos, la congestión nasal y el enrojecimiento ocular.

¿Por qué se usan tanto?

La alta prevalencia de las enfermedades alérgicas, especialmente la rinitis alérgica, ha llevado a un uso generalizado de los antihistamínicos. Dado que muchas personas experimentan estos síntomas en diversas épocas del año, los antihistamínicos se han convertido en medicamentos de uso común en los hogares.

Perfil de nuestro entrevistado

Doctor Ignacio Ansótegui

Médico Inmunólogo y Alergólogo, se formó académicamente en el Instituto Karolinska en Estocolmo y en la Universidad de Roma en la Sapienza. Actualmente es el Director Médico Ejecutivo de la Organización Mundial de Alergia y vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Alergia, Asma e Inmunología y tesorero de la Asociación Mundial de Asma.

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