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Visión empresarial de los servicios de salud

¿Es ético tener una visión empresarial de los servicios de salud?

A nivel de los servicios de salud y el ejercicio de la profesión médica, existe el paradigma en el cual se considera que no hay cabida para pensar en una actividad empresarial en que se pueda desarrollar la profesión médica.

Tradicionalmente se ha considerado que enfocar la profesión como empresa, es sinónimo de una visión mercantilista, que orienta a pensar en una actividad puramente comercial o propagandística, en la que se realiza una difusión inadecuada de la profesión ofreciendo servicios como si se tratara de productos de consumo popular o con promociones fuera del contexto.

Otra percepción errada es la visión codiciosa en donde existe una obsesión por la rentabilidad, sin tomar en cuenta aspectos sociales, éticos o morales de la profesión, donde el fin primordial que se persigue es el lucro a cualquier costo.

Comprendiendo el verdadero significado de empresa

Para poder romper este paradigma, es importante comprender el verdadero significado de empresa y la visión empresarial aplicada a los servicios de salud. La empresa es la actividad organizada por el ser humano más común y constante, la cual involucra un conjunto de trabajo diario, labor común, esfuerzo personal o colectivo e inversiones para lograr un fin determinado, en el caso de los servicios de salud, es satisfacer la necesidad de mantener o recuperar la salud.

La rentabilidad o utilidad de la empresa, es simplemente una medida de lo bien que el trabajo se está haciendo y no el fin sí mismo.

Según algunos autores expertos en el tema, definen empresa así:

  • Ricardo Romero, autor del libro “Marketing”, define la empresa como “el organismo formado por personas, bienes materiales, aspiraciones y realizaciones comunes para dar satisfacciones a su clientela”
  • Julio García y Cristóbal Casanueva, autores del libro “Prácticas de la Gestión Empresarial”, definen la empresa como una “entidad que mediante la organización de elementos humanos, materiales, técnicos y financieros proporciona bienes o servicios a cambio de un precio que le permite la reposición de los recursos empleados y la consecución de unos objetivos determinados”
  • El Diccionario de Marketing, de Cultural S.A., define a la empresa como una “unidad económica de producción, transformación o prestación de servicios, cuya razón de ser es satisfacer una necesidad existente en la sociedad”

Tomando como punto de partida las definiciones anteriores, se puede deducir que una empresa prestadora de salud, “es una entidad conformada por personas, aspiraciones, realizaciones, bienes materiales y capacidades profesionales y técnicas, que le permite dedicarse a la prestación de servicios de salud para satisfacer necesidades en la sociedad, la utilidad o rentabilidad, que serán simplemente una medida de lo bien que el trabajo se está haciendo, y, no el fin en sí mismo de la empresa”.

¿Por qué pensar en modificar el concepto del consultorio tradicional, a una visión empresarial? 

Porque en el tiempo actual, lo único constante es el cambio, se vive en una sociedad con cambios socioeconómicos importantes, que afectan el quehacer de la profesión médica, como la globalización y la era de la información, donde los pacientes (clientes) desean servicios oportunos, de alta calidad y tecnología, ya que han tenido acceso a información de lo que se realiza en otras latitudes.

 ¿Qué se necesita para lograrlo?

Para lograrlo es necesario invertir capital, el cual tiene un precio, y así contar con infraestructura, equipamiento, recurso humano y tecnología, lo que provoca un aumento de los costos de producción, haciéndose necesario utilizar las herramientas existentes de la administración, con la finalidad de optimizar recursos, ser eficiente en los procesos y lograr producir servicios de calidad y competitivos en el mercado de los servicios de salud. El trabajo en equipo forma parte importante del desarrollo de una empresa.

Al incorporar diversas especialidades médicas, así como empresas afines al giro del negocio, como laboratorio, farmacia, etcétera, logrando bajar costos de inversión, producción y funcionamiento, para tener la capacidad de poder prestar servicios oportunos a los pacientes sin que estos tengan que movilizarse, sobre todo, si su condición médica se los limita, haciéndolos más accesibles.

El deseo de trascender

Aunado a un sinfín de razones para implementar la visión empresarial de la profesión médica, se encuentra el deseo de trascender, el cual se interpreta como “el ir más allá, el sobrepasar cierto límite”, el consultorio al final de la vida profesional del médico, simple y sencillamente un día de tantos se clausura, y ¿qué sucede con esa cartera de pacientes que encontró en el servicio que prestaba una satisfacción a sus necesidades de salud?.

Definitivamente tienen que migrar a buscar quien les satisface esa necesidad, sin embargo, si consultorio se establece como empresa, esta va a tener una Visión, Misión y Valores que los pacientes van a reconocer en la actividad y servicio de la misma, la cual no será de una sola persona sino de un equipo, que les continuarán asistiendo para satisfacer sus necesidades.

De esta manera, los integrantes de la empresa continuarán recibiendo utilidades sin que necesariamente sean ellos los que estén laborando en la misma, utilidades que, aunque no sean de la misma magnitud que cuando estaban activos, serán suficientes para complementar su retiro de la profesión.

Concluyendo, existen un sinfín de razones para pensar empresarialmente en los servicios de salud, las anteriores son solo unas pocas para meditar sobre ellas, sin embargo, se debe tener claro que la finalidad es prestar un servicio a una necesidad no satisfecha y de lo bien que se haga se obtendrá una utilidad, que será producto de una optimización de recursos y costos de producción del servicio.

Con una visión empresarial se utilizarán las herramientas de gestión y administración de los servicios que permitan hacerlos oportunos, eficientes, efectivos, eficaces y de alta calidad para satisfacer las necesidades, expectativas y deseos de los usuarios; beneficiándose mutuamente al lograr el bien común y alcanzar las metas y objetivos de los proveedores del servicio y de los usuarios o clientes de este.

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