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Práctica y resultados de una Apendicectomía Laparoscópica

Las palabras apendicectomía “laparoscópica” y “a cielo abierto” describen las técnicas que usa un cirujano para acceder al campo quirúrgico interno. En su mayoría, las apendicectomías laparoscópicas se inician de la misma manera. Mediante el uso de una cánula (un instrumento estrecho y tubular), el cirujano accede al abdomen. Un laparoscopio (un pequeño telescopio conectado a una videocámara) se inserta a través de una cánula, lo cual ofrece al cirujano una vista ampliada de los órganos internos del paciente en una pantalla de televisión.

¿Cómo se realiza la apendicectomía laparoscópica?

Se insertan varias cánulas adicionales a fin de permitir que el cirujano trabaje por dentro y extirpe el apéndice. La totalidad del procedimiento se puede completar a través de las cánulas o al alargar una de las pequeñas incisiones para las cánulas. Es posible que se coloque un drenaje durante el procedimiento. El mismo se quitará antes de que usted se vaya del hospital.

¿Qué sucede si la operación no se puede realizar, o si no se puede completar por vía laparoscópica?

En una pequeña cantidad de pacientes, el método laparoscópico no resulta factible por causa de la imposibilidad de visualizar o manipular los órganos de modo eficaz. Cuando el cirujano siente que lo más seguro es convertir el procedimiento laparoscópico en uno a cielo abierto, no se trata de una complicación, sino de una decisión quirúrgica sensata. Entre los factores que pueden aumentar la posibilidad de que el procedimiento se convierta en uno “a cielo abierto” pueden incluirse:

Práctica y resultados de una Apendicectomía Laparoscópica
  • Infección severa y/o un absceso.
  • Un apéndice perforado.
  • Obesidad.
  • Historia de cirugía abdominal anterior que produjo tejido cicatrizal denso.
  • Imposibilidad de visualizar los órganos.
  • Problemas de sangrado durante la operación.

La decisión de realizar el procedimiento a cielo abierto se determina a criterio de su cirujano ya sea antes o durante la operación misma. La decisión de convertir a un procedimiento abierto se fundamenta exclusivamente en la seguridad del paciente.

¿Qué esperar después de la cirugía?

Después de la operación es importante que siga las instrucciones de su médico. Si bien algunas personas se sienten mejor al cabo de unos pocos días, recuerde que su organismo necesita de tiempo para sanarse. Se le anima a que se levante de la cama el día después de la cirugía y que camine. Esto ayudará a disminuir sus dolores musculares y también el riesgo de formación de coágulos en las piernas.

Es probable que pueda retomar la mayoría de sus actividades normales al cabo de una o dos semanas. Entre dichas actividades se incluyen: darse duchas, conducir su automóvil, subir escaleras, trabajar y tener relaciones sexuales. Si su dolor se prolonga o si no le producen alivio los analgésicos recetados, deberá informar de ello a su cirujano.

Llame y pida un turno médico de control antes de cumplirse las dos semanas siguientes a su operación.

¿Cuáles complicaciones pueden surgir?

Tal como ocurre en cualquier operación, existen riesgos entre los que se incluye el riesgo de complicaciones.

Sin embargo, el riesgo de que ocurra alguna de dichas complicaciones no es mayor que si la operación se realizara mediante la técnica a cielo abierto:

  • Sangrado.
  • Infección.
  • Extirpación de un apéndice normal.
  • Una pérdida en el borde del colon donde se extirpó el apéndice.
  • Lesión de órganos adyacentes tales como el intestino delgado, el uréter o la vejiga.
  • Un coágulo de sangre a los pulmones.

Es importante que reconozca los indicios tempranos de complicaciones posibles. Comuníquese con su cirujano si nota dolor abdominal severo, fiebre, escalofríos o sangrado rectal.

¿Cuándo debe llamar a su médico?

Asegúrese de llamar a su médico o cirujano si se le presenta alguno de los síntomas siguientes:

  • Fiebre por encima de 39ºC que no cede.
  • Sangrado.
  • Hinchazón abdominal que va en aumento.
  • Dolor que no se alivia al tomar sus medicaciones.
  • Náusea o vómitos persistentes.
  • Escalofríos.
  • Tos persistente o falta de aliento.
  • Drenaje purulento (pus) de cualquier incisión.
  • Enrojecimiento alrededor de cualquiera de sus incisiones que empeora o se agranda.
  • Imposibilidad de comer o de beber líquidos.

Este artículo no pretende reemplazar la conversación con su cirujano en cuanto a la necesidad de que se le efectúe una apendicectomía, sino aclarar algunos conceptos al respecto del procedimiento y de su factibilidad por vía mini laparoscópica o laparoscópica convencional.

Si usted tiene alguna pregunta referida a su necesidad de someterse a una apendicectomía, sus alternativas, la facturación o la cobertura del seguro o sobre la capacitación y la experiencia de su cirujano, no dude en preguntar al respecto. Si tiene preguntas en cuanto a la operación o el control subsiguiente, se le ruega que hable de dichos temas con su cirujano antes o después de la operación.

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