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Las cosas que desaparecerán

Hay nueve cosas que desaparecerán en los próximos años, nos guste o no. Estos cambios serán buenos o malos, dependiendo en parte de cómo nos adaptemos a ellos, pero, independientemente de que estemos listos o no para asumirlos, esta es una realidad innegable.

La oficina de Correos:

La oficina de Correos

prepárese para vivir en un mundo donde no exista una oficina de correos. Los correos electrónicos, la Federal Express, el UPS y otros servicios similares casi han acabado con el ingreso mínimo necesario para mantener la oficina de correos con vida. En la actualidad, la mayor parte de la correspondencia diaria que nos trae el cartero, está integrada por cartas de propaganda y facturas a pagar.

El cheque:

en Gran Bretaña ya están sentando las bases para acabar con los cheques en el año 2018. El procesamiento de éstos cuesta miles de millones de dólares al sistema financiero. Las tarjetas plásticas de crédito/débito, al igual que las transacciones en línea causarán la eventual desaparición de éste.

Los periódicos:

las nuevas generaciones simplemente han dejado de leer los periódicos. Esta costumbre desaparecerá al igual que desparecieron el lechero a domicilio y el hombre que buscaba tu ropa sucia para llevarla a la lavandería. Y si planean dedicarse a leerlos en línea, prepárense a pagar por ello. El incremento de dispositivos móviles de Internet y de lecturas electrónicas ha hecho que todos los editores de periódicos y revistas formen una alianza y se reúnan con Apple, Amazon, y las compañías de teléfono celular más importantes, a fin de desarrollar un modelo para los servicios de suscripción pagados.

Los libros:

ustedes dirán que nunca abandonarán la versión física de un libro que pueden tomar en sus manos y disfrutarlo mientras cambian las páginas. Yo dije lo mismo, cuando me dijeron que descargue música de iTunes pues me negaba a abandonar mis CDs. Pero rápidamente tuve que cambiar de idea cuando descubrí que podía conseguir discos a mitad de precio y sin salir de casa para obtener lo último en música. Lo mismo ocurrirá con los libros. Actualmente, ustedes pueden navegar por una librería en línea, e incluso leer un capítulo del libro que les guste antes de comprarlo. Y el precio a pagar será menos de la mitad del precio que pagarían por un libro real. Entonces se olvidarán que están sosteniendo en sus manos un aparato electrónico en vez de un libro… Aunque… no es lo mismo leer un libro moviendo los dedos sobre una pantalla, que sentir la textura del papel y percibir el olor del mismo…

El teléfono convencional:

El teléfono convencional

a menos que tengan una familia numerosa y hagan una gran cantidad de llamadas, ustedes ya no necesitan un teléfono convencional. La mayoría de las personas simplemente lo mantienen porque siempre lo han tenido, pero deben tener en cuenta que están pagando un precio doble por un servicio que ahora es extra. Todas las empresas de telefonía celular le permitirán llamar a los clientes usando el mismo proveedor de su teléfono celular, sin cargos por minuto.

La música:

La música

esta es la parte más triste de esta historia de cambios. La industria de la música está sufriendo una muerte lenta. No sólo debido a las descargas ilegales desde la computadora, sino también a la falta de música nueva e innovadora que pueda llegar a la gente que quiera escucharla. La “Música de hoy no tiene la armonía, la melodía, la orquestación, la letra, el romanticismo de la música de antes” La “música de catálogo” representa más del 40% de la música comprada en la actualidad, lo cual significa música tradicional con la cual el público está familiarizado, así como también artistas de mayor edad que ya han sido consagrados.

Televisión:

Televisión

las ganancias que recibían las redes de televisión se han reducido dramáticamente, y no únicamente debido a la crisis económica. La gente está viendo programas de televisión y películas en sus computadoras, y, además, están divirtiéndose con juegos computarizados y haciendo un montón de otras cosas que ahora ocupan el tiempo que antes lo pasaban frente al televisor. Los programas que se pasan en horarios de máxima audiencia han degenerado tanto que han descendido más allá del denominador común más bajo. Los precios que cobran las compañías de cable están por las nubes y los anuncios salen cada 4 minutos y 30 segundos. Es hora que las compañías de cable dejen de convertir nuestras vidas en una tortura. Dejen que la gente elija lo que quiere ver… ya sea en línea y/o a través de Netflix, por dar un ejemplo.

Las cosas:

la mayoría de objetos que ustedes poseen o solíamos poseer son todavía parte de nuestras vidas, pero en realidad podríamos no poseerlas en el futuro. Por ahora, estas cosas podrían estar simplemente “residiendo en la nube”. En la actualidad, sus computadoras tienen un disco duro y ustedes pueden guardar ahí fotos, música, películas y documentos. Su software está en un CD y ustedes siempre podrán volver a instalarlo si eso es necesario. Pero todo eso está cambiando. Apple, Microsoft y Google están en el proceso de completar sus últimos “servicios en la nube.” 

Esto significa que cuando se encienda una computadora, la Internet se integrará al sistema operativo. De tal manera que Windows, Google y el sistema operativo Macintosh estarán ligados directamente a la Internet. En ese mundo virtual, ustedes podrán acceder a su música, sus libros, o sus cosas favoritas ya sea desde su computadora portátil (Laptop) o desde cualquier otro dispositivo portátil. Esa es la buena noticia. Pero, ¿serán ustedes los dueños reales de cualquiera de estas “cosas”, o todas estas cosas podrán desaparecer en cualquier momento con un gran “PUUF? ¿Serán casi todas las cosas en nuestras vidas desechables, virtuales y arbitrarias? ¿No te dan ganas de correr al armario y sacar ese álbum de fotos, o tomar un libro de la estantería, o abrir una caja de CD’s y volver a escuchar el disco que te gusta?

La privacidad:

La privacidad

si alguna vez existió un concepto que podemos mirar retroactivamente con nostalgia, ese concepto sería la privacidad. Un concepto que ha desaparecido. Algo que de todas maneras desapareció hace mucho tiempo. Hay cámaras en la calle, en la mayoría de los edificios, e incluso incorporadas en sus computadoras y en sus teléfonos celulares. Por consiguiente, pueden estar seguros que ellos saben quiénes son ustedes y en dónde se encuentran, saben hasta las coordenadas GPS, y pueden ver totalmente la calle en la viven a través de Google. Si ustedes compran algo, sus gustos son colocados en un trillón de perfiles, y los anuncios de ellos cambian para reflejar esos gustos. Además, ellos tratarán de convencerles, una y otra vez, para que compren alguna otra cosa.

Esto es únicamente el inicio, ya que vendrán nuevas cosas que sustituirán a lo que hoy nos parece útil. Lo único que nos quedará sin que ellos hagan ningún cambio, será nuestros recuerdos. Ojalá que el Alzheimer no nos despoje también de ellos.

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